MAESTRAZGO

Unos robellones muy disputados

Las cuadrillas de inmigrantes rumanos acampadas en el Maestrazgo para recoger robellones a destajo durante la última semana provocaron inquietud entre la población debido a los comportamientos incívicos que algunos de ellos exhibieron, como la rotura de vallas de fincas, encendido de hogueras en el bosque o acampada libre. Además, pusieron de manifiesto la indefensión de los ayuntamientos para regular y proteger este recurso de los depredadores.

 

A pesar de que la presencia de los inmigrantes pasó ayer desapercibida, el bosque siguió atestado de recolectores locales y foráneos. Muchos de ellos llegaron de la Comunidad Valenciana en busca de unos ingresos extra con los que capear la crisis.

 

El alcalde de Mosqueruela -un de los pueblos que tienen acotada la recogida de setas en el municipio-, Santiago Escriche, explica que en la localidad se asentó un grupo de setenta rumanos que se desplazaban "como un clan" y que "intimidaban" tanto a los vecinos como a los turistas que se encontraban en el pueblo y en el monte. Escriche reconoce que la alarma se debió mas a un efecto psicológico que a acciones violentas, que no se produjeron. "No hubo altercados -señala- pero, aún así, provocaban una sensación de miedo".

 

Los únicos incidentes denunciados fueron las roturas de los cercados de varias fincas y la intimidación de la encargada del bar de Fortanete, Maricarmen Dimitrescu, también rumana. La hostelera explicó que las avalanchas de ochenta compatriotas en el local "molestaban e intimidaban al resto de clientes". Relató que, al igual que el resto de vecinos, se sintió "desprotegida" porque, en caso de requerir a la Guardia Civil, "nunca se sabe cuánto tiempo les costará llegar desde Cantavieja". Optó por cerrar su negocio durante unos días a la espera de que las aguas se calmaran, y lo mismo hicieron otros establecimientos.

 

Aunque la tensión provocada por los campamentos de inmigrantes se disipó, la afluencia de buscadores de setas se mantuvo ayer muy alta. El secretario del Ayuntamiento de Fortanete, Manuel Orea, explicó que catalanes y valencianos llegan "a miles" a los montes del pueblo, creando una situación "insostenible" año tras año. Un vecino explicó que, aunque la presencia de recolectores foráneos es habitual todos los otoños, "nunca ha llegado a los niveles de este año".

 

Entre los aficionados a la micología figuraba ayer Josep Gimeno, que llegó a las 8.00 con tres amigos desde Barcelona -a 350 kilómetros de Fortanete- para recoger robellones y, sobre todo, 'llanegas', una seta muy apreciada en Cataluña. Gimeno reconoció que la cosecha -un par de kilos- fue escasa, porque "el suelo está demasiado seco". No descarta volver la semana que viene si, "como anuncian las previsiones meteorológicas, llueve y suben las temperaturas".

 

De la Comunidad Valenciana procedían Ana Cañellas y sus dos hijos, que visitan el Maestrazgo varias veces a la semana durante la campaña de las setas. Su objetivo no es el mero pasatiempo. "Al menos -reconoce- nos vamos a ganar medio jornal". El pasado miércoles recogieron 18 kilos de robellones, que vendieron a 12 euros el kilo. También notan los efectos de la crisis. "El año pasado -dicen- vendíamos los robellones a 23 euros el kilo". Aclaran, no obstante, que respetan el bosque, frente a los que "tiran de rastrillo y se llevan hasta la simiente".

 

Ante la multitud de recolectores llegados con intereses diversos, la Comarca del Maestrazgo ha recalcado la necesidad de una legislación realista que regule esta actividad para aprovechar las setas como recursos económico y evitar la degradación del monte por la masificación. El alcalde de Mosqueruela reconoce que la ordenanza que regula la recogida de setas en la localidad -se cobran 6 euros por recolector- es difícil de hacer cumplir con los medios de control del Ayuntamiento. Como ejemplo recuerda que, "de los setenta buscadores rumanos que llegaron al pueblo, solo dos pagaron". A su juicio, los ayuntamientos no pueden luchar contra los grupos organizados que, como ha ocurrido este año, "llegan en busca de un resultado rápido y se van".