INCENDIO EN LA CINCO VILLAS

Una quema agrícola causó el incendio de Sos, que ha arrasado unas 850 hectáreas

El primer gran fuego del año llega sin que haya empezado la época de más riesgoEl viento, la sequedad de la vegetación y la noche impidieron controlarlo a tiempo.

Si el año pasado fue catastrófico, este no ha podido empezar peor. Todavía no se ha iniciado el periodo de mayor riesgo -lo hará el próximo 1 de abril- y Aragón ya ha sufrido un gran incendio forestal que ha quemado unas 850 hectáreas de monte en las Altas Cinco Villas, dentro del término municipal de Sos.

El fuego se declaró a última hora de la tarde del miércoles y fue estabilizado a mediodía de ayer después de haber avanzado sin control durante más de 12 horas. Como fue detectado cuando casi había no había luz, los medios aéreos no pudieron actuar en la zona hasta que amaneció. Además, el viento y la sequedad de la vegetación complicaron mucho las labores del operativo terrestre, de forma que la superficie afectada se disparó conforme fue pasando la noche.

Aunque la investigación sobre el origen de las llamas no pudo iniciarse hasta ayer, en muy pocas horas el Gobierno de Aragón ya apuntó a una quema agrícola negligente como causa del desastre. El propio director general de Gestión Forestal de la DGA, Alberto Contreras, se puso en contacto con el Seprona de la Guardia Civil para pedirle que intente localizar al responsable de lo ocurrido.

El incendio comenzó en torno a las 19.00 en un paraje conocido como Valdelocacho, un enclave situado a unos ocho kilómetros del núcleo de Sofuentes que queda a la izquierda de la carretera según se sube hacia Sos desde Castiliscar. Después, el viento empujó las llamas hacia el noroeste, y aunque no llegaron a entrar en Navarra, sí saltaron a la cara norte del puerto -en la que está el casco urbano de Sos-.

Cuarto incendio en 26 años

La zona afectada ya se ha quemado otras tres veces en apenas 25 años. La primera fue en 1984; la segunda, durante el devastador incendio que en 1994 arrasó 9.100 hectáreas de monte en Uncastillo, Sos y Castiliscar; y la tercera, en 2003.

Se trata, por tanto, de un monte de repoblación en el que predominaban los quejigos y sobre todo el pino carrasco. Al ser árboles jóvenes plantados a finales de los noventa o principios de este siglo, apenas alcanzaban los dos metros de altura, lo que unido a las hierbas altas que crecían a sus pies los convertía en un bosque altamente inflamable.

"El viento ha soplado durante varios días secando la vegetación, ha hecho sol y las heladas de las semanas anteriores también habían resecado el terreno -recordó ayer el director general de Gestión Forestal para explicar la magnitud del incendio-. A eso hay que añadirle unas rachas de viento de más de 30 km/h y el hecho de que cuando se produjo el fuego los medios aéreos ya no podían volar porque se hacía de noche".

Durante esas primeras horas el dispositivo de extinción estuvo formado por cinco cuadrillas terrestres, cinco autobombas y una sección de la Unidad Militar de Emergencias (UME) formada por 27 hombres, otras tres autobombas, un camión nodriza y un vehículo de comunicaciones.

Posteriormente, y sobre todo con la luz del día, se fueron sumando al operativo las cuadrillas helitransportadas de Ejea, Peñalba y Alcorisa; cinco autobombas más de la DGA; la BRIF de Daroca; y dos hidroaviones y dos helicópteros del Ministerio de Medio Ambiente.

Además, el despliegue de la UME se reforzó con un helicóptero de coordinación y otras dos secciones con diversa maquinaria. Todos los efectivos movilizados en el incendio de Sos pertenecen al IV batallón de la Unidad Militar de Emergencias, con sede en la Base Aérea de Zaragoza.

Ya está apagado

La incorporación de los medios aéreos permitió que las llamas pudieran ser estabilizadas en torno a las 12.00 de ayer. A partir de ese momento el fuego ya no avanzó más, pero los responsables del operativo de extinción no lo dieron por apagado hasta cuatro horas después. Las lluvias caídas en la zona durante la jornada también contribuyeron a sofocarlo, y además facilitarán que el incendio pueda ser declarado oficialmente extinguido sin que se reavive ningún foco.

Contreras reconoció que sufrir un incendio de esta magnitud en pleno mes de marzo es una muy mala noticia, pero subrayó que el riesgo de cara a los meses de verano dependerá de cómo evolucione el tiempo. "Si en mayo o junio hay lluvias no tendremos muchos problemas, pero si luego vienen 15 días de sequía en julio el mes de agosto será peligrosísimo", comentó como ejemplo.