Un hombre de montaña

Nacido en la Ribagorza oriental, se ha definio a sí mismo como un "montañés". Presidente aragonés desde 1999, ha asumido el poder durante tres legislaturas.

Marcelino Iglesias se ha definido a sí mismo como un hombre de la montaña. Nació en Bonansa (Huesca), en la Ribagorza oriental el 16 de abril de 1951. Está casado y tiene dos hijos.  Ha sido alcalde de Bonansa desde 1983. Fue presidente de la Diputación Provincial de Huesca desde 1987 a 1995. Accedió a la Presidencia el 2 de agosto de 1999. Fue reelegido presidente del Gobierno de Aragón tras la sesión de investidura celebrada en las Cortes de Aragón los días 2 y 3 de julio de 2003, donde obtuvo la mayoría absoluta de la Cámara, y tomó posesión el 5 de julio, convirtiéndose en el primer presidente de la Comunidad Autónoma que repite en el cargo. En la sesión de investidura del 5 de julio de 2007 fue elegido presidente por tercera vez consecutiva inaugurando así la VII Legislatura. 


Desde la presidencia del Gobierno ha liderado la oposición aragonesa al proyectado trasvase del Ebro y viene defendiendo un nuevo modelo de desarrollo económico para España que corrija los profundos desequilibrios entre la España del interior, con graves problemas de despoblación, y la de la periferia.


El desarrollo sostenible de las zonas de montaña y de los espacios de calidad medioambiental son unas de sus principales preocupaciones para conseguir el asentamiento de la población.


Convencido de las posibilidades de crecimiento de Aragón en el siglo XXI, su Gobierno ha puesto en marcha la mayor Plataforma Logística de Europa para aprovechar la posición geográfica de la Comunidad, en el centro del hexágono que conforman Madrid, Valencia, Barcelona, Bilbao y las ciudades francesas de Burdeos y Toulousse. En este sentido ha reforzado las relaciones con las regiones del sur de Francia, con el objetivo de mejorar las comunicaciones transpirenaicas tanto por carretera como por ferrocarril.


La importancia del impulso de Aragón como pieza de seguridad en el norte de España y la necesidad de propiciar reformas que mejoren la articulación de las Comunidades Autónomas entre sí y de éstas con el Gobierno de la Nación, se encuentran entre las prioridades de su discurso político.