CARRETERAS

Un desprendimiento de rocas corta Monrepós casi 8 horas en pleno puente festivo

Fomento autorizó abrir dos de los tres carriles del puerto a las 17.45. Mañana retomará la limpieza para no afectar a la operación retorno.

Un desprendimiento de rocas corta Monrepós casi 8 horas en pleno puente festivo
Un desprendimiento de rocas corta Monrepós casi 8 horas en pleno puente festivo
RAFAEL GOBANTES

Cientos de conductores procedentes del Pirineo sufrieron ayer retrasos en su vuelta del puente de Reyes por un desprendimiento de varias toneladas de rocas que obligó a cortar el puerto de Monrepós (N-330) casi 8 horas. La Guardia Civil desvió el tráfico por la carretera de Caldearenas (una vía de unos 10 kilómetros estrecha, sinuosa y plagada de baches) y por la A-132, a través del puerto de Santa Bárbara.

El Ministerio de Fomento no pudo concretar ayer el motivo del derrumbe, pero todo apunta a causas naturales (las lluvias o los cambios de temperatura de esas últimas semanas), ya que las obras de la futura autovía que pasan por la zona están aún paralizadas.

Los técnicos y las máquinas del Fomento, en colaboración con los bomberos de la Comarca del Alto Gállego, se afanaron durante todo el día para intentar despejar la vía lo antes posible. Por fin, a las 17.45 se abrieron dos de los tres carriles del tramo afectado, mientras que el reservado para vehículos lentos quedó clausurado por seguridad. También se montó un dispositivo de vigilancia y se colocó señalización. Los operarios retomarán el lunes las tareas de limpieza para no interferir en la operación retorno de hoy.

Según informaron diversas fuentes, el desprendimiento se produjo sobre las 10.00 en el kilómetro 607, justo a mitad de la cara norte del puerto. La Guardia Civil recibió avisos de conductores y cuando llegó al lugar observó que habían caído algunas piedras de una ladera que, por suerte, no habían afectado a ningún vehículo. Fue una vez cortada la carretera cuando se empezaron a desprender las rocas de mayor tamaño, que llegaron a cortar los tres carriles del tramo.

Técnicos desplazados de la Unidad de Carreteras de Fomento comprobaron que aún había muchas rocas con peligro de desprenderse y solicitaron la colaboración de los bomberos de la Comarca del Alto Gállego. Siguiendo las instrucciones de los técnicos, los bomberos rociaron con agua a presión (emplearon más de 15.000 litros) las zonas más inestables de la ladera y poco a poco fueron desencadenando el desprendimiento de las piedras, algunas de varias toneladas. Los derrumbes se producían de forma tan brusca que tuvieron que apartarse corriendo en más de una ocasión.

Los bomberos abandonaron el área sobre las 14.00, después de que Fomento se cerciorara de que ya no había más zonas 'sueltas'. Entonces comenzaron a actuar las máquinas de la Unidad de Carreteras, que fueron retirando algunas piedras y amontonando otras fuera de la calzada. Garantizada la seguridad de la circulación, se autorizó la apertura parcial de la vía.

Aluvión de llamadas a la DGT

Pasadas las 11.00, la DGT activó paneles informativos para advertir de la incidencia a los conductores que subían y bajaban del Pirineo y aconsejarles el desvío por la A-132 (Huesca-Puente La Reina por Ayerbe). Los vehículos procedentes de Zaragoza y de Huesca disponían de avisos antes de Almudévar y en Nueno, respectivamente. En el sentido contrario, los esquiadores que regresaban del Pirineo también eran informados de la alternativa de la A-132 poco después de salir de las estaciones. Aún así, la centralita de la DGT no paró de recibir llamadas en todo el día para resolver dudas.

Además, muchos vehículos 'obviaron' la recomendación o no la vieron e intentaron atravesar Monrepós, por lo que la Guardia Civil tuvo que habilitar un desvío alternativo -solo para turismos- por el acceso a Caldearenas. Sin embargo, a media tarde se cerró este desvío por la imposibilidad de poder absorber más tráfico.

En la gasolinera de Hostal de Ipiés, ubicada poco antes de iniciarse la subida a la cara norte de Monrepós, aseguraron que no había habido una gran densidad de tráfico. "Ha sido un día tranquilo porque el viernes ya volvió a casa mucha gente y de los que quedaban, muchos marcharán mañana domingo", afirmaron. Mientras, en la A-132, la gasolinera de Esquedas sí observó por la tarde un notable aumento de circulación de bajada hacia Huesca. La estación de servicio de Ayerbe también recibió a más de un conductor 'desviado' de Monrepós.

Podría haber cortes esporádicos

El subdelegado del Gobierno en Huesca, Ramón Zapatero, subrayó que el Ministerio de Fomento había actuado con dos premisas, "garantizar la seguridad y, además, hacerlo lo más rápidamente posible". También explicó que habían descartado trabajar hoy en la limpieza de la vía "en previsión de que haya más uso de lo normal de la carretera por la operación retorno desde las pistas de esquí". No obstante, aseguró que el lunes se reanudará estas labores "y probablemente habrá que hacer algún corte porque aún queda trabajo, pero en la medida que se pueda será con paso alternativo".

El subdelegado reconoció que la incidencia había provocado retrasos a los afectados. "Los conductores han tenido que ir un poco más despacio y más atentos porque no era una carretera nacional", señaló. No obstante, confía en que la operación retorno de hoy se desarrolle con normalidad, "porque habiendo un carril por sentido, no tendría por qué haber mayores problemas".

15.000 litros de agua. Los bomberos del Alto Gállego, siguiendo instrucciones de los técnicos del Ministerio de Fomento, rociaron la ladera con un total de 15.000 litros de agua a presión (30 kilos) para conseguir que se desprendieran todas las rocas que habían quedado 'sueltas' tras el primer derrumbe, alguna de varias toneladas.

Desvíos por Caldearenas y A-132. La DGT aconsejó usar la A-132 como alternativa, pero la Guardia Civil tuvo que habilitar otro desvío en el puerto por la carretera de Caldearenas, donde hubo retenciones puntuales.

Apertura parcial al tráfico. Fomento autorizó abrir parcialmente el tramo afectado cerca de las 18.00 después de garantizar la estabilidad de la ladera. Por precaución, no obstante, se montó un dispositivo de vigilancia y además se colocó señalización para advertir a los conductores del peligro.