Precaución en las primeras salidas a la montaña en condiciones invernales

Con las primeras nieves se produce un cambio brusco de las condiciones del medio natural. Planificar bien una actividad de montaña invernal requiere formación técnica y experiencia.

Valle de Bujaruelo.
Primeras nieves en el valle de Bujaruelo.
Sara Tejada

La montaña invernal exige un buen conocimiento y una adecuada interpretación de la nieve, ese blanco manto por el que vamos a movernos, así como disponer del equipamiento adecuado.

Vamos a subrayar dos aspectos: lo que está en juego es nuestra vida y la montaña invernal no se “aprende” sólo leyendo, resulta fundamental la experiencia y el aprendizaje de la mano de expertos y profesionales (clubes de montaña, guías titulados).

En el proceso previo de planificación de la actividad en casa consultaremos la bibliografía existente sobre rutas invernales, muy escasa (como los libros de rutas con esquís publicados por Jorge García Dihinx, autor del blog 'La meteo que viene'). La cartografía oficial francesa 1:25.000 de IGN France; a diferencia de la española, incluye el trazado de los recorridos más habituales realizados cuando la montaña está nevada. Nos informaremos sobre la presencia o no de nieve a través de los boletines meteorológicos, y fuentes de información locales como las webcam de los lugares a visitar y las de los refugios de montaña, junto con los datos meteorológicos que estos recogen en sus estaciones.

En nuestra planificación incluiremos la previsión y peligro de aludes, identificando en un mapa de escala 1:25.000 las laderas potencialmente menos estables. Consultaremos el boletín diario de Aemet (publicado a las 18.00) sobre la situación meteorológica y nivológica del Pirineo, con su previsión para el día siguiente y una estimación a dos días vista. Meteo France ofrece también su predicción de aludes para la vertiente francesa.

El Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya (ICGC) emite diariamente su Boletín de Peligro de Aludes, y también los hay para el valle de Arán (Centre de Lauegi d’Aran), y el valle del Aragón, (centro A Lurte, martes y viernes). El montañero invernal tiene que hacerse, poco a poco, un experto en meteorología y en nivología.

En la escala europea de peligro de aludes (del 1 al 5), el 'Peligro 3' es el nivel crítico de referencia y en el que más víctimas se producen. Si le añadimos condiciones de ladera norte y con más de un 30% de inclinación tendremos juntos a 'los tres ángeles de la muerte'. Con Peligro 5 hay que desestimar la salida y con nivel 4 conducirla por terrenos boscosos o de suave inclinación, alejándonos de zonas sobre las que puedan precipitarse las avalanchas. Esto lo haremos también con Peligro 2, evitando a su vez las laderas de inclinación norte que superen el 35 % de inclinación. Con Peligro 1 evitaremos las umbrías heladas.

Seleccionaremos un recorrido acorde a las características y experiencia del grupo, recabando datos como desnivel, distancia y las dificultades técnicas específicas en condiciones de nieve.

Un importante número de víctimas en montaña invernal se producen por caídas en laderas, sobre nieve dura o hielo. Por ello resulta imprescindible llevar siempre crampones, piolet y casco, equipo completaremos con el kit de rescate en avalanchas (dispositivo de búsqueda ARVA, pala y sonda). Aprender a usarlos y llevarlos con nosotros puede salvar vidas. Por supuesto, no olvidaremos el equipamiento más básico: mapa, brújula, altímetro, móvil y GPS (o móvil que lo incorpore). Por último, recordar que por seguridad nunca deberíamos salir solos, el número ideal oscila entre las 3 y 6 personas.

Disfrutemos también de la montaña en condiciones invernales, pero hagámoslo con seguridad.

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