Paisaje otoñal en la Fiesta del Chopo Cabecero

El 27 de octubre se celebra en Torrijo del Campo la X Fiesta del Chopo Cabecero, que reivindica el valor de un elemento tradicional del paisaje aragonés, que muestra especialmente su esplendor en esta época otoñal.

Fiesta del Chopo Cabecero en Allepuz-Jorcas.
Fiesta del Chopo Cabecero en Allepuz-Jorcas.
Rosa Pérez

El chopo cabecero es el nombre popular que recibe en el sur de Aragón y en amplias zonas de la cordillera Ibérica el chopo negro ('Populus nigra') descabezado o trasmochado periódicamente para obtener vigas de madera y, en menor medida, combustible y forraje. Una práctica tradicional que consiste en podar todas las ramas del árbol a una cierta altura, a la que no llega el ganado que podría alimentarse de los nuevos brotes, dejando sólo la base o tramo inicial del tronco.

Este tipo de poda o escamonda, en el que cada corte se realiza sobre los anteriores, provoca el engrosamiento de la parte superior del tronco, que ha de soportar las grandes ramas, y de ahí surge el nombre de chopo 'cabecero'. La repetición de la escamonda en períodos de entre diez y quince años permitía obtener largas ramas aprovechables y provocaba la formación de un tronco cada vez más grueso con un engrosamiento mayor de su extremo superior, perfilándose así la inconfundible imagen del chopo cabecero.

La pérdida de la utilidad de estos chopos trasmochos y su ubicación en zonas muy despobladas ha provocado su abandono. La falta de poda provoca el desgajo de las ramas y la decadencia de estos árboles, con la pérdida de centenares de ejemplares cada año. La amenaza de su desaparición es una realidad frente a la que han surgido iniciativas de diferente calado, entre ellas el Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra (Teruel), oficialmente declarado en mayo de este año.

Valor natural y social

Todos los años, alternando el lugar entre las cuencas de los ríos Aguasvivas, Alfambra, Huerva, Jiloca, Martín y Guadalope, se celebra una fiesta popular reivindicativa del valor social y cultural de los chopos cabeceros de la cordillera Ibérica.

La primera Fiesta del Chopo Cabecero se celebró en Aguilar del Alfambra (Teruel), en octubre del año 2009 y las últimas han sido en Badules (Campo de Daroca, 2016), y en las localidades vecinas de Allepuz y Jorcas (2017, Maestrazgo y Comunidad de Teruel, respectivamente). Este año la fiesta se traslada al Jiloca, a Torrijo del Campo, población turolense ubicada entre Caminreal y Monreal del Campo, a 135 km de Zaragoza por la autovía Mudéjar (A-23). Es una fiesta abierta a la participación popular, celebrada en uno de los momentos de mayor belleza de esta especie arbórea de ribera, que despliega su paleta de colores otoñales previa a la caída de las hojas.

Fiesta popular

La Fiesta del Chopo Cabecero fue concebida para dar a conocer las arboledas mejor conservadas, celebrar la entrada del otoño, difundir los logros alcanzados a lo largo del tiempo, otorgar un reconocimiento a la cultura popular, el paisaje y la biodiversidad asociados a este elemento patrimonial.

La cita en Torrijo del Campo es a las 9.50 del sábado 27 de octubre, en la puerta del pabellón polideportivo, donde se dará la bienvenida a los asistentes para iniciar de inmediato una excursión por la hermosa chopera que hay a la entrada del pueblo. En el camino habrá una demostración de escamonda de chopos cabeceros con motosierra realizada por Moisés Moreno. El paseo continuará por la vega de Torrijo, cruzando el río Jiloca y a atravesando la huerta hasta llegar a un grupo de viejos chopos cabeceros en el paraje de Villacadima, en el término de Monreal del Campo. Al mediodía está previsto el regreso al pueblo por el mismo camino, tomando en esta ocasión un desvío que conducirá a los excursionistas al antiguo molino en ruinas.

A las 13.00 habrá una plantación de chopos en la entrada del pueblo y a las 13.30 se proyectará en el ayuntamiento el audiovisual 'Diez años entre amigos'. La fiesta continuará en el pabellón municipal donde se inaugurará la exposición fotográfica del V Concurso de Fotografía sobre el Chopo Cabecero y tendrá lugar la comida popular (14.30). Los interesados en participar en la comida (13 euros para adultos y 6 euros para menores de 10 años) tienen que ingresar el importe antes del 23 de octubre (más información aquí  y en el teléfono 978 730 645).

A partir de las 16.00 habrá un acto de presentación del Centro de Interpretación del Chopo Cabecero de Torre los Negros y del Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra, se comunicará el fallo del concurso de fotografía y se entregará el título 'Amigo del Chopo Cabecero 2018' a los vecinos de Torrijo del Campo, en reconocimiento del aprecio y el cuidado que han procurado a los chopos de la entrada al pueblo. La fiesta continuará a las 17.00 con un concierto de los grupos Bucardo Folklore Aragonés y La Ronda de Boltaña.

La X Fiesta del Chopo Cabecera está organizada por el Ayuntamiento de Torrijo del Campo, la Asociación Cultural Torrijo del Campo y el Centro de Estudios del Jiloca con la colaboración de la Comarca del Jiloca, el Centro de Estudios Ambientales Ítaca de Andorra, Volunta Ríos, Ivvis y El Calamochino.

Tradición y valor

El cultivo de estos árboles trasmochos es una práctica tradicional propia de una economía agrícola de autosuficiencia que aprovechaba los márgenes de los campos con acequias, los barrancos y especialmente los terrenos junto a los ríos para plantar y explotar forestalmente esta especie arbórea de rápido crecimiento. Los chopos se plantaban cerca unos de otros, introduciendo en un hoyo excavado en la tierra un tallo vigoroso extraído de otro chopo cabecero podado ese mismo invierno.

A los cinco años se descabezaba el joven árbol a unos dos metros de altura, y cuando las nuevas ramas o vigas alcanzaban un diámetro de unos 20 centímetros se procedía a la tala de la primera cosecha de madera. A partir de entonces, cada doce o cada quince años se repetía el proceso, haciendo la escamonda siempre a savia parada, con luna menguante y preferentemente a la salida del invierno. El corte se realizaba sobre la inserción de la viga o rama en la cabeza del árbol y, cuando rebrotaban las nuevas ramas, se procedía a un aclarado, seleccionando las más rectas y mejor dispuestas para comenzar de nuevo el ciclo.

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