El Santo Grial regresa a Bailo

Este fin de semana, los vecinos de Bailo recordarán, volviendo por unas horas al medievo, que sus antepasados custodiaron el Grial. Pasacalles, mercado y actividades para niños, en torno a una recreación que alcanza su sexta edición.

Todo Bailo se viste a la usanza medieval
Todo Bailo se viste a la usanza medieval
Acurba

El rey Rey Sancho III el Mayor de Navarra y la reina Munia encabezan la comitiva. Les sigue un séquito de infanzones, escribanos, damas y caballeros y, como invitados, los condes de ambos lados de los Pirineos. Acompañan al Santo Grial camino primero de la plaza Mayor y luego de la iglesia, engalanadas, como todas las calles, con estandartes y banderas. De esta forma, unos 50 vecinos de Bailo, ataviados a la usanza medieval, recrean el momento en que, en el siglo X, el Santo Grial fue custodiado en Bailo durante su viaje por los Pirineos, antes de ser depositado en Valencia.

Un programa muy medieval

Este fin de semana se celebra en esta localidad de la Jacetania la VI Recreación Histórica de la Estancia del Santo Grial, con un programa que da comienzo hoy mismo con una conferencia a cargo de José Luis Corral. Mañana sábado, tras la recreación de la llegada del Grial y la comida medieval, se despliegan variadas actividades lúdicas: espectáculo de lucha escénica a cargo del grupo Lobos Negros, mercado medieval, campamento medieval con exposición de armas, armaduras y elementos medievales... "Todo salpicado de teatralizaciones improvisadas por las calles", añade Juan Bernabeu, miembro de la junta directiva de la asociación Acurba, impulsora de la recreación. Como novedad, destaca el pasacalles de los Titiriteros de Binéfar. La jornada del sábado se cerrará con un concierto de los Dulzaineros del Bajo Aragón. Además, en esta edición "se consolida la jornada infantil del domingo", con concurso de dibujo, baile medieval, guiñol y nombramiento de Damitas y Caballeros del Santo Grial de Bailo.

Gracias a esta celebración declarada Fiesta de Interés Turístico de Aragón el año pasado, "las casas de Bailo, donde viven unas cien personas en invierno, se llenan", indica Bernabeu. La recreación atrae a muchas personas con alguna vinculación con Bailo, unas 500 personas en total. "Es una forma de reunirnos en torno a un elemento que nos une a todos", explica, "porque antes sabíamos que este hecho había ocurrido pero no habíamos puesto en valor; ahora es un motivo para mostrar el orgullo de ser de Bailo, un lugar con una historia y una importancia, pese a estar en una zona tan afectada por la despoblación".

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