De Almonacid de la Cuba a Belchite

Ruta por el corazón del Campo de Belchite con el agua como protagonista.

Pozo de los Chorros en Belchite
Pozo de los Chorros en Belchite
Fernando Lampre

Se trata de un itinerario cuyo guion es de índole hidráulica. Nos recibe la Cuba, una presa romana de 34 metros de altura que llegó a regar 7.000 hectáreas aguas abajo. La garganta fluvial del río Aguasvivas también esconde, como una pequeña joya, el pozo de los Chorros, bien conocido en la comarca como lugar de baño. Y hasta Belchite el paseo discurre paralelo a la acequia de Belchite, con sus llamativos 'gallipuentes'.

Almonacid de la Cuba se encuentra a 488 m de altitud, ubicado en plena garganta fluvial del río Aguasvivas, una entalladura que corta perpendicularmente la dirección de la sierra de Belchite. Esta alineación calcárea está culminada por el cabezo o mojón del Lobo (632 m), que protagonizaba las canciones republicanas del frente bélico de Belchite. Y realmente este paseo discurre entre la ingeniería romana, conservada en su fenomenal presa (denominada popularmente por su topónimo de procedencia árabe: la Cuba) y los ecos de la última contienda civil española, simbolizados en el pueblo viejo de Belchite.

En la presa romana, a la entrada de la carretera en Almonacid, no solo reparar en su estructura y dimensiones, sino también en el complejo de acequias que allí nacen, así como en los dos molinos harineros que todavía se conservan. Sin posible pérdida se atraviesa la localidad, visitando pintorescos rincones y callejas, la parroquial gótico-renacentista de Santa María la Mayor y la espléndida ermita barroca de los Dolores. Al otro lado del pueblo, frente a las piscinas y a un pequeño parque, nace un camino (rampa de cemento a su inicio) que desciende hacia el río. Pronto aparece la fuente de la Fintiruela, anuncio del vergel que nos aguarda hasta el fondo del valle: un precioso sendero, flanqueado y sombreado por añosos ejemplares de latonero (árboles cuya madera era empleada para realizar horcas), atraviesa pequeños y cuidados huertos hasta alcanzar el cauce del barranco de Barcalién, por el que se debe transitar.

Si el arroyo lleva agua se deberá vadear varias veces hasta su desembocadura en el río Aguasvivas. Tras cruzar el río, un sendero remonta por la otra orilla y se planta en unas terrazas ocupadas por escuálidos almendros. A nuestra espalda, las escarpaduras del Tago tienen como moradores a los buitres leonados.

La ruta bordea terrazas pedregosas de antiguos cultivos y cruza un barranquillo seco, mientras el río discurre encajado, a nuestra izquierda, 10-20 m por debajo de nuestros pasos. Pronto aparece Mal Pasillo, donde el camino está tallado sobre la sorprendente garganta que ha taladrado el río Aguasvivas, justo antes de su periplo por las estepas belchitanas. Desde la vertical del desfiladero, el excursionista se puede asomar al estrecho para descubrir el rosario de cascaditas, marmitas y gorgas del río. La mayor de ellas recibe un significativo nombre: el pozo de los Chorros. En la otra orilla se descubren las acequias de Belchite (la antigua y la actual), provenientes de la Cuba, y la casa del Tercón.

El sendero desciende a cruzar el río y aboca a una pista que, junto a la casa y parideras de Don Joaquín, enlaza con la pista principal de Belchite. Ya no abandonaremos este vial hasta la capital comarcal. Pero, el caminante deberá prestar atención a la existencia de algunos 'gallipuentes' sobre la acequia de Belchite (con el fin de evitar que los barrancos o ramblas afluentes del Aguasvivas enrunen la acequia).

Tras una bonita balsa de riegos y a la vista de los espectaculares pilares del viaducto del desaparecido ferrocarril de Utrillas, se puede optar por recorrer la antigua plataforma del tren (hoy pista para vehículos) hasta Belchite, pueblo inaugurado por Franco en 1954, o salir a la carretera general bordeando las fantasmales, pero evocadoras ruinas del viejo pueblo de Belchite.

DATOS ÚTILES

Desnivel: inapreciable. Horario aproximado: 2 horas. Época recomendada: todas. Recomendaciones: durante periodos de lluvias se pueden complicar los vadeos del barranco de Barcalién y del río Aguasvivas (algún pequeño remojón de pies). Precaución en los cortados de Mal Pasillo. Puntos de partida y de llegada: el itinerario comienza en Almonacid de la Cuba, junto a la presa romana del siglo I, y termina en Belchite, en las ruinas del pueblo viejo. Desde aquí, una corta y cómoda combinación de vehículos (9 km) permite retornar a Almonacid.- Más noticias en Unpaisdemontañas.

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