Actividades en torno a los Valles Occidentales

Escalada en el entorno del refugio de Lizara, una visita al dolmen de A Losa Lizara y los imponentes paisajes de una zona llena de atractivos.

Parque Natural de los Valles Occidentales
Parque Natural de los Valles Occidentales
Prames

La zona de los Valles Occidentales ofrece un mundo de variadas posibilidades de disfrutar de la naturaleza:

Actividades en Lizara

El refugio de Lizara no solo ofrece alojamiento y servicios para los senderistas, ya que en su entorno ofrece la posibilidad de practicar la escalada, con numerosas vías de dificultades que van desde el 3a al 7b; en invierno también se puede practicar la escalada en hielo en diferentes cascadas, algunas equipadas. Suma además una entretenida vía ferrata en la que cualquiera puede experimentar la ascensión por paredes verticales. En invierno añade a estas posibilidades el disfrutar de la nieve en su estación de esquí nórdico, con 4 pistas y 5 km esquiables y circuito de trineos; ofrece alquiler de material.

A Losa Lizara

Al norte de la planicie de los llanos de Lizara, visible desde lejos, se localiza el dolmen conocido como A Losa Lizara, ejemplo de estos antiquísimos monumentos funerarios, que en el Parque Natural de los Valles Occidentales cuentan con varios ejemplos. El de Lizara muestra un túmulo circular de 15 m de diámetro y con una altura mantenida de 1,50 m. La cámara, formada por cuatro losas, se halla parcialmente derruida, con losas muy inclinadas; posiblemente por buscadores de los supuestos tesoros que guardaban.

El Parque Natural de los Valles Occidentales

Con una superficie de 27.703 hectáreas, el Parque Natural de los Valles Occidentales, por el que discurre casi toda la ruta, se extiende por las cabeceras de los ríos Veral (Zuriza y Linza), Aragón Subordán (Oza, Guarrinza y Agua Tuerta), Aspe (Estanés), Osia (Lizara), Estarrún (Napazal), Lubierre y Aragón. Los términos municipales de la Jacetania que comparten esta joya de la naturaleza son: Ansó, Valle de Hecho (Val d'Echo), Aragüés del Puerto, Aísa y Borau. La mayor parte del espacio protegido se articula en torno a las sierras interiores de los Pirineos, de naturaleza calcárea, con montañas tan características y espléndidas como la Mesa de los Tres Reyes (2.448 m), Petrechema-Ansabère, Mallo Acherito, la sierra de Alano-Peña Forca, Castiello d'Acher, Bisaurín (2.670 m) o el Aspe (2.640 m), donde han quedado impresas las huellas del modelado glaciar. El clima, todavía con una notable humedad debida a la influencia atlántica, permite la presencia de bosques que atesoran una gran biodiversidad, como Gamueta o la Selva de Oza, con extraordinarias masas de hayedo-abetal que sirven de hábitat a especies amenazadas como el pico dorsiblanco o el oso pardo.

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