Vía Verde del Zafán: pedalear de la montaña al mar

Esta ruta cicloturista pasa por las comarcas del Bajo Martín, Bajo Aragón y Matarraña, antes de llegar a la desembocadura del Ebro en Tarragona. Un total de 130 km que discurren por un mosaico de paisajes y con un punto conflictivo: la falta de adecuación del tramo de Alcañiz.

La Vía Verde del Zafán discurre por 130 km entre La Puebla de Híjar y Tortosa.
La Vía Verde del Zafán discurre por 130 km entre La Puebla de Híjar y Tortosa.
Ricardo Rodríguez/Karalom

Las Vías Verdes cumplen este mes 25 años desde su creación en España. La Vía Verde del Val del Zafán es una de las tres que existen oficialmente en Aragón. Se trata de un recorrido que atraviesa tres comarcas aragonesas: Bajo Martín, Bajo Aragón y Matarraña, y dos tarraconenses, Terra Alta y Baix Ebre. En total, 130 km de recorrido a través de un mosaico de paisajes, pero difícil de hacer de principio a fin por culpa de un gran obstáculo: la falta de adecuación del tramo de Bajo Aragón.

El punto de partida se encuentra en La Puebla de Híjar, en el Bajo Martín, donde recorre un tramo de 18 km, hasta Samper de Calanda, de pista señalizada y en buen estado. “Vienen muchos cicloturistas para hacer este tramo, aunque el cierto que el ‘corte’ que tiene la vía en Alcañiz es un problema”, afirma Ana Guiú, agente de desarrollo de la comarca, que cuenta con un amplio repertorio de rutas BTT, tanto para el turismo familiar como para el ciclismo extremo. “Hace unos años, desde la comarca se invirtió en acondicionar la vía y fue un acierto, porque se ha notado un crecimiento de visitantes por el turismo en bicicleta”, dice Guiú. “Muchos de los ciclistas que han hecho el recorrido hasta el Matarraña vienen en otro momento hasta aquí para hacer este tramo. Cuando esté arreglada la parte de Alcañiz, seguramente vendrán para recorrer la vía desde el kilómetro 0”, añade.

La vía entra por Puigmoreno en la comarca del Bajo Aragón, donde sus 21 km son un tramo problemático: el de Alcañiz. Miguel Ángel Estevan, concejal de Turismo del ayuntamiento alcañizano reconoce que “tal como está, no se puede recorrer: el piso no está adecuado, no se encuentra señalizada ni balizada, y actualmente discurre por caminos agrícolas por los que pasan camiones y vehículos agrícolas”. Desde el consistorio “hemos elaborado el proyecto para rehabililitar la vía, con un coste de un millón de euros”, explica Estevan, muy implicado en esta iniciativa. Para lograr esta financiación “estamos intentando que el Congreso declare la ruta como Camino Natural de Interés General”, dice Estevan. “El 7 de junio tengo una reunión en el Ministerio de Agricultura con este mismo objetivo”, añade el edil que afirma que “sabemos que existe una demanda porque nuestra oficina de turismo responde a muchas consultas relacionadas con la vía verde y sé que también les preguntan por nosotros en las de Tarragona”.

Para Estevan “el cicloturismo es un motor de desarrollo para nuestra zona”. De la misma opinión es Daniel Millares, técnico de Turismo de la comarca, quien destaca que “contamos con la ventaja de nuestra climatología para el viajero centroeuropeo, donde hay mucha afición por el turismo en bicicleta, y con paisaje muy distinto de un tramo a otro de la vía, ya que pasa de la montaña al mar”. Millares subraya que “el turista de vía verde es un turista que gasta dinero, que valora lo que hay en el territorio y que es respetuoso con el medio ambiente”, y avisa de la revolución que va a suponer “la bicicleta eléctrica, hará que el cicloturismo sea todavía más popular entre la gente”.

Matarraña, el boom de la vía verde

La comarca del Matarraña sí disfruta de trayectos plenamente acondicionados y con los servicios necesarios y su tramo, de Lledó a Cretas, ha experimentado un gran crecimiento entre los cicloturistas.

“De 8 bicicletas en 2012 hemos pasado a 100”, explica Javier Arias, de Matarraña Aventura, una de las empresas de la comarca cuya actividad está ligada a la Vía Verde, tanto por el alquiler de bicicletas como por otros servicios, como el de recogida, al final del trayecto. “El 95% de nuestros clientes sale desde Cretas, que es el punto más alto, y llega hasta Cherta, en Tarragona. Se baja sin pedalear porque, de sus 40 km, 35 km son cuesta abajo y el resto llano. Se ven los paisajes de los puertos de Beceite, los bosques y arroyos del Parque Natural y al final el valle del Ebro y naranjales”, explica Arias, quien aprecia el turismo en el Matarraña ha crecido exponencialmente y lo hace en torno a tres recursos principales: “Antes solo estaba el Parrizal, ahora la gente viene también por la vía verde y las pesqueras”, afirma.

En Valdealgorfa, la vía cuenta con un punto mágico: el túnel de equinoccio, de dos kilómetros. Debe su nombre a que en el  equinoccio de primavera, a la hora en que sale el sol,  la luz de este astro lo atraviesa de parte a parte. El ayuntamiento de la localidad organiza todos los años un almuerzo para disfrutar del espectáculo.

Roger Berbel, director del albergue de Cretas también calcula en “un 40-50% el porcentaje de la gente que se aloja que viene por la Vía Verde, tanto por esta ruta como por otras con las que se puede enlazar para hacer también en bicicleta”, para las que cuentan incluso con un banco de reparación. Este establecimiento, que abrió el 2016, aprovecha precisamente la antigua estación de Cretas de la Vía del Zafán. La mejor época para recorrer la vía “es la primavera y el otoño, en verano hace más calor, aunque también puede elegir hacerse solo unos pocos kilómetros y alternar con otras actividades”, dice Berbel. Algo que suelo hacer “el turismo familiar, que es uno de los que más nos visita aunque también vienen muchos grupos de amigos”.

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