Pequeños museos, grandes pasiones

Colecciones singulares, nacidas de la aficiones y saberes personales, que han encontrado su sede en pequeños municipios y sorprenderán al visitante.

Vitrinas con ejemplares de mariposas en la Casa de las Mariposas de Griegos.
Vitrinas con ejemplares de mariposas en la Casa de las Mariposas de Griegos.
J. M. Lapuente

Son tesoros escondidos con los que se topa el viajero cuando menos lo espera: museos singulares que se custodian en municipios pequeños, como Urriés y sus 40 habitantes, o al final de una carretera recóndita, en el caso de Agüero. «Llegan senderistas que no saben nada del museo y preguntan al vernos en la puerta. Cuando entran y ven nuestra colección de trajes de todo el mundo se quedan con la boca abierta», dice Cristina del Río, de Alerre.

En la mayor parte de los casos nacen de la pasión de un coleccionista que ha ido creando su legado a lo largo de toda la vida. A Eustaquio Castellanos su fascinación por los juguetes se unió con su orientación profesional y empezó a acumularlos a los 26 años. «Antes, los juguetes se conservaban y logré muchos en tiendas entre los que les quedaban sin vender», dice este hombre que se reparte entre Albarracín y Valencia.

La casualidad es la madre de alguno de estos museos, como la que en Bruselas llevó al diplomático inglés Moyano a conocer a un matrimonio de Alerre; lugar donde han acabado sus miles de trajes exóticos. La Casa de las Mariposas de Griegos nace del amor por los lepidópteros de uno de sus veraneantes. Ahora vive en Alicante, pero quiso que su colección se quedase en esta localidad turolense.

En Agüero deben su singular museo al otro oficio del que fuera durante muchos años su párroco, Luis Galindo, que era el de restaurador de órganos. «Don Luis guardaba las piezas estropeadas que sustituía y fue creando esta colección que se expone en la casa abacial, que era su vivienda», explica Mateo Sanferni, alcalde de la localidad.

El museo etnológico de Urriés tiene su germen original en las aportaciones de los vecinos para reconstruir lo que era la vida del municipios a finales del XIX y principios del XX. A esta colección se unieron «los objetos de una familia de un caserío de montaña de Ruesta, que nos cedió el sindicato CGT», explica Armando Soria, primer edil de la localidad.

Para todos, estos museos son motivo de orgullo y una oportunidad de animar a los viajeros a que los visiten y dar así más vida a sus pueblos.

ALERRE: MUSEO  DEL TRAJE Y  DEL CALZADO

Más de 3.000 piezas de indumentaria de todo el mundo componen la colección de este museo, en esta localidad a 4 km de Huesca. Todas adquiridas por el diplomático inglés Tomás Moyano, quien gustaba de vestir la ropa propia del país en el que estaba. La gran mayoría son indumentaria masculina pero, entre un traje de indio cherokee de piel o un kilt escocés con todos sus complementos, se puede encontrar también «un abrigo kimono de boda para novias japonesas», explica Cristina del Río, una de la voluntarias que realizan las visitas guiadas. Para visitarlo, llamar al 606 831 691. De junio a septiembre abrirá los fines de semana. No se cobra entrada.

ALBARRACÍN: MUSEO DEL JUGUETE

Entrar en este museo es abandonarse a la nostalgia, revivir la infancia a través de esos objetos con los que pasamos tantas hora de juego, muchos de los cuales se encuentran en este centro que expone unas 1.600 piezas. «Los mayores son los que más disfrutan», afirma Eustaquio Castellanos, de cuya colección personal nació este centro que fundó y también dirige. Los juguetes más antiguos que se exponen datan de hace 4.000 años: un juego de tabas extraído de una excavación arqueológica. Dando un salto en la historia se encuentra el siguiente: un coche de pedales del año 1880. «También tenemos varias muñecas de esas fechas», señala Castellanos, quien cita precisamente las casitas de muñecas como uno de los juguetes que más admiración despierta, junto a «un juego de teatro de sobremesa», entre un mar de coches, trenes, muñecos, tebeos... Esta Semana Santa amplía sus días de apertura. Precios y horarios pueden consultarse aquí.

URRIÉS: MUSEO ETNOLÓGICO

El museo de Urriés en realidad son tres: el primero es la recreación de la vida de principios de siglo XX. «Tenemos una cocina, un salón, un alcoba... y también el aula de una escuela, tal y como era en la época, ya que está hecho con donaciones aportadas por los vecinos», explica Armando Soria, alcalde de este pequeño municipio cincovillés. En otra planta del mismo edificio se muestran aperos de labranza y otros elementos del mundo rural de hace cien años: «trillos, azadas, yuntas de bueyes, un arado romano, ruedas para moler el grano... que provienen de la vivienda de una misma familia en la vecina localidad de Ruesta», dice Soria. Se muestran también útiles de panadero o albañil, así como un primitivo telescopio y pioneras máquinas de escribir o un tocadiscos de piedra. Finalmente, también puede verse una muestra del arte románico del entorno. En la puerta del museo aparece el teléfono para pedir la visita, o se puede reservar en la oficina de turismo del Torreón de Navardún.

AGÜERO: MUSEO DEL ÓRGANO

Desde Bélgica o Inglaterra han venido viajeros para ver este museo, único en España, y quizá en el mundo. Dos salas muestran todas las piezas que componen un órgano. Los tubos, de niquel y otros metales, son las que más llaman la atención, según el alcalde, Mateo Sanferni, sobre todo cuando plantea el enigma de qué estropea un tubo: «No es el desgaste», aclara. La gran sorpresa llega al final: un órgano con sus cuatro costados abiertos para ver el funcionamiento de teclas, tubos y varillas de los que sale música celestial. Reserva de visitas en el ayuntamiento (974 380 489).

GRIEGOS: CASA DE LAS MARIPOSAS 

La ‘Acherontia atropos’, o esfinge de la calavera, la mariposa que el asesino de ‘El silencio de los corderos’ ponía en la garganta de sus víctimas, es la más famosa de las que se muestran en esta colección. Aunque las que más impresionan al visitante son las mariposas tropicales, del tamaño de una mano. Una más que colorida muestra que incluye hasta 2.500 insectos de todo tipo. La muestra se ubica en la sala superior del Ayuntamiento, donde se puede visitar en horario de mañanas. Si se solicita a través de la web es posible realizar también visitas en fin de semana.

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