Viaje por la historia reciente en las fortificaciones de la Línea del Cinca

Monzón ha organizado una ruta por las construcciones bélicas levantadas en la zona durante la Guerra Civil, tras la recuperación llevada a cabo de este patrimonio. El recorrido puede realizarse por libre o dentro de una visita organizada.

Visita de representantes de la Diputación de Huesca a las fortificaciones.
Visita de representantes de la Diputación de Huesca a las fortificaciones.
Pablo Otín

Durante la Guerra Civil se construyó una línea defensiva de fortificaciones que iban desde el Pirineo hasta Gandesa y que se conoció como la línea del Cinca, al seguir el recorrido de este río. Trincheras, polvorines, refugios y nidos de ametralladora pueden recorrerse ahora con la ruta creada desde el ayuntamiento de Monzón (con el apoyo de la Diputación Provincial de Huesca y la Comarca del Bajo Cinca), que ha organizado también visitas guiadas. La primera se llevó a cabo el pasado mes de enero, con todas sus plazas al completo. Este domingo 18 se realiza la segunda, para la que ya no es posible reservar. Las próximas fechas previstas para las que aún queda alguna plaza son el 18 y 25 de marzo (información en el 974 417 791 y turismo@monzón.es).

Si no se quiere esperar, la ruta puede recorrerse por libre, ya que se encuentran totalmente señalizada y cuenta con paneles explicativos en cada uno de sus elementos.

Se trata de un patrimonio histórico muy bien conservado ya que, al poco de ser construidas las fortificaciones, las fuerzas republicanas fueron superadas por el avance de las tropas franquistas, por lo que apenas entraron en la contienda. De este modo, es posible ver cómo era las infraestructuras bélicas en las que se libraban las batallas de esa época.

La ruta comienza en el castillo de Monzón, donde puede verse la zona de las cañoneras que en la Guerra Civil se habilitaron también para instalar artillería, aprovechando su posición privilegiada. Dos paneles expositivos instalados en este primer punto del recorrido ofrecen las primeras indicaciones, introduciendo al visitante en el contexto histórico de la Guerra Civil y mostrando con un mapa con la ruta completa. “Hemos querido hacer una introducción general sobre la Guerra Civil en Aragón, para luego ir centrando las explicaciones de los paneles en las situaciones vividas en Monzón y la zona del Cinca”, señala Joel Ametlla, arquitecto que ha participado en la recuperación de estas infraestructuras para el turismo y que ofrece una de las visitas guiadas.

La siguiente etapa lleva ya al núcleo de Selgua, con dos zonas para el visitante: el barranco de la Clamor y la ermita de San Salvador. En la Clamor, las trincheras abierta para la visita permite ver cómo eran estas construcciones defensivas, que servían a los soldados para ponerse a salvo del fuego enemigo. Lo diminuto de su tamaño demuestra las dificultades de la vida en el frente y la estatura de los españoles de la época, y obliga a tomarse la visita con calma que no es posible estar más 3 o 4 personas a la vez. Las trincheras cuentan con numerosos refugios destinados a los combatientes, así como polvorines para proteger la munición.

Ya en la ermita, se puede visitar un refugio bajo el templo y un nido de ametralladoras instalado en el cerro. Por otra parte, en el interior de la ermita pueden verse las inscripciones dejadas con su cuchillos o bayonetas por los soldados de la FAI que utilizaron estas construcciones bélicas.

El público que agotó las plazas en la única visita que se ha realizado, en el mes de enero, se mostró muy interesado por “conocer si existen más restos de esta especie en la zona”, explica el arquitecto.

El folleto de la visita puede descargarse aquí.

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