Personajes de Carnaval, la fiesta de las fiestas

En febrero y marzo los personajes del carnaval se adueñan de las calles en muchas localidades de Aragón. Numerosas poblaciones han conservado o recuperado su particular forma de vivir el carnaval. Sus personajes protagonizan esta popular fiesta que rompe protocolos y desafía al invierno.

Vistiendo al 'Carnabal' de Torla.
Vistiendo al 'Carnabal' de Torla.
Javier Romeo

Por su universalidad, antigüedad y carácter de puente entre el invierno y la primavera, los carnavales suman capas y capas de significados culturales y en ellos conviven ancestrales rituales cósmicos y de fertilidad, de inversión social y de ostentación del lujo. La etnóloga Josefina Roma definió el carnaval como 'la fiesta de las fiestas, el espejo en el que se miran las demás', y esa festiva celebración que desafía a los rigores climáticos y sociales suele estar protagonizada por característicos personajes. De su mano recorreremos algunos de esos lugares a los que podemos acercarnos para disfrutar desde mañana mismo del carnaval en Aragón.

El muñeco de paja en el carnaval de Gistaín.

Peirote, muyén, ninot…

El muñeco de paja (peirote, muyén, ninot…) es el personaje más extendido en los carnavales tradicionales, un simple muñeco hecho con ropas viejas y paja que representa a la víctima expiatoria de la comunidad y es destruido al final de la fiesta, muchas veces por el fuego como símbolo de purificación, dando inicio a la Cuaresma.

En Gistaín se pasea en un burro engalanada recogiendo viandas para la cena. Pero su fin es siempre la muerte, a veces tras haber sido sometido a juicio; como en Nerín, donde se le llama Carnuz y cuenta con fiscal y abogado. En Broto el muñeco de paja se sustituye por el Muerto, al que 'dan vida' dos personas cubiertas con una sábana. Muchas veces adopta un nombre propio, como el Cornelio Zorrilla de Bielsa y el Don Zaputero de Épila.

Vistiendo al Carnabal de Torla.

Carnabal y San Pansar

El muñeco símbolo del carnaval cobra vida y protagoniza un rico espectáculo en Torla, donde uno de los mozos del pueblo lo representa con un traje de sacos y pieles y dos pares de cuernos en la cabeza, símbolos de fertilidad.

Tras ser capturado por el personaje del Tenedor, el Carnabal es paseado por las calles y sometido a un juicio popular, con acusaciones y réplicas antes de su condena a muerte por el Tribunal de la Santa Inquisición, tras concederle besar a una moza como última voluntad.

En La Jacetania, el personaje del San Pansar, rey del carnaval bearnés, cruza cada año la frontera desde Francia y se esconde en Aragón. La organización de la fiesta en Pau prepara como primer acto de sus fiestas el viaje de la corte carnavalesca a Hecho, Ansó o Jaca, donde se representa el encuentro con San Pansar y su triunfante vuelta a casa… antes de su nueva condena.

Madamas y mayordomos

En San Juan de Plan y Bielsa la cara más amable de la fiesta la ponen las madamas, muchachas que, frente al carácter animalesco y deforme de otros disfraces, desfilan luciendo elegantes y coloridos vestidos, cuidadosamente peinadas, maquilladas y enjoyadas. Simbolizan la luz y la pureza y la imagen romántica de los muchos símbolos eróticos y sexuales del carnaval.

El paralelo a las madamas lo ponen en San Juan de Plan los mayordomos, encargados de abrir con ellas el baile del sábado, vestidos con pantalón y camisa blancos, pajarita y sombrero. Otro personaje, el Melitá, vestido con ropas de militar, ejerce de censor y vigila que las parejas no se arrimen demasiado.

Lejos del Pirineo, en Luco de Jiloca se repite el personaje de la madama elegantemente vestida pero junto a ella aparece también la madama pobre, que lleva una pequeña silla sobre la cabeza y cubre todo su cuerpo con una colcha o sábana grande.

Diablos y zangarrones  en el carnaval de Luco de Jiloca.

Zangarrón y mascaruta

Otro personaje en Luco de Jiloca son los zangarrones, que representan a las fuerzas vitales renovadoras, con su traje de arpillera relleno con trapos para deformar la figura, una gran joroba, cencerros a la cintura, grotesca careta, gorro y horca. Los zangarrones pasean por las calles a paso rítmico y persiguen a los asistentes haciendo sonar sus esquilas.

Una de las raíces del carnaval está en las saturnales romanas y fiestas de locos medievales, basadas en el borrado de la identidad y la provocación. Frente a los disfraces llamativos y trabajados, las mascarutas de Épila se cubren el cuerpo con cualquier traje o tela viejos, se tapan la cara y disimulan la voz buscando el anonimato y propiciando la broma.

Mascaruta de Épila.

Diablo, caballé y amontato

Reverso negativo de los zangarrones, los diablos de Luco de Jiloca se identifican con la muerte y lo siniestro. Se visten con sayas, pañuelo negro y enaguas blancas como camisa, con la cara pintada de negro, una dentadura tallada en un trozo de patata y grandes tijeras que abren y cierran de forma amenazadora. Se relacionan simbólicamente con la Cuaresma y el recorte de libertades que se acerca.

En Bielsa, los personajes del carnaval simulan ir montados. El caballé es un jinete que lleva a la cintura un caballo de mimbre y el amontato representar a un hombre al que una anciana lleva a las espaldas. Otro disfraz tradicional de Bielsa es el traje confeccionado con hojas de hiedra, que se relaciona con los rituales de fertilidad de las plantas.

El onso es uno de los personajes del carnaval de Bielsa.

Onso y tranga

En Bielsa la figura del oso, el onso, es una clara pervivencia precristiana de la fiesta. Ligado a la muerte y a los antepasados, se relaciona con la llamada al buen tiempo y la protección de los rebaños. El onso de Bielsa viste un gran saco lleno de hierba seca a la espalda cubierto por una piel de oveja, la cara pintada de negro. Camina encorvado, con dos palos a modo de patas delanteras y sujeto por una cadena al cuello que domina el domador, personaje que también se encarga de darle comida y bebida.

También en Bielsa, el personaje del tranga remite a las fiestas de la Saturnalia de la antigua Roma, donde ya intervenían hombres disfrazados con piel de cabra. El tranga viste saya, falda de colores, camisa de cuadros y piel de cabra a la espalda que cubre también la cabeza, a la que se atan unos grandes cuernos del animal. Su simbolismo sexual se corresponde con su comportamiento, persiguiendo a los asistentes y provocando a las mozas.

Todo un reparto mitológico y festivo que nos descubrirá las más interesantes manifestaciones del carnaval en Aragón.

Próximas fechas

Gistaín celebra el carnaval este fin de semana, 3 y 4 de febrero; Luco de Jiloca lo hace el próximo fin de semana (10 y 11 de febrero), al igual que Bielsa, que comienza el viernes 9. También Torla lo festeja el fin de semana del 10 y 11. San Juan de Plan espera hasta el 17 de febrero y Broto hasta el día 24 de este mismo mes.

En el Sobrarbe, Chistén celebra el carnaval este fin de semana, Fiscal lo hace el 10 de febrero, mientras que Plan lo hace el 27 y Nerín aguarda hasta el 10 de marzo para festejarlo.

La ciudad de Zaragoza tendrá sus festejos carnavalescos del 8 al 11 de febrero, al igual que Huesca.

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