ANTÍDOTOS CONTRA LA CRISIS

Tomando cartas en la crisis

Los expertos y políticos ya han hablado sobre la desaceleración económica. A falta de un plazo de resolución, las cartas del tarot revelan que la tempestad dará paso a la calma. Al menos, según la vidente Irene


Como los banqueros y los líderes mundiales no vaticinan el final de la crisis, hay que acudir a las cartas. No a las del banco, claro, que esas acuden solas, puntuales a su cita, sino a las del tarot, que, fiables para unos o dudosas para otros, ofrecen su particular pronóstico de lo que va a ocurrir con los números, ahora que se han vuelto tan locos.


Así que, en torno a una mesa, comienza la charla acerca de la coyuntura económica nacional, como quien habla de banalidades con sus amigos mientras se toma el café. Tomando cartas en el asunto, la grausina Irene, que se encarga de barajar los naipes, que guían la conversación sobre la tan llevada y traída desaceleración económica. Pero no salen en la parrafada Sarkozy, Barroso ni Merkel. No hace falta. "La crisis es evidente. Nunca mejor dicho: lo dice una vidente", dice Irene con sorna, antes de empezar la sesión.


Sobre el 8 de espadas, que simboliza los momentos difíciles, y el rey de oros, representando al que pregunta, las cartas comienzan a organizarse sobre el tablero, no sin antes haber cortado la baraja. La reina de copas aparece en escena: la vidente la interpreta como España.


Los siguientes palos en aparecer van dando esperanza: el país tendrá ayuda de EE. UU., el norte de Sudamérica y los países de donde vienen la mayoría de inmigrantes. "El susto es grande y hay que esperar, pero España va a seguir interesando a los inversionistas", explica Irene, que reconoce que, para ella, "todo esto es nuevo, porque no sé nada de economía".


En la parte negativa, las cartas revelan que se van a descubrir muchas cosas, por lo que, en solo cuatro o cinco meses, anuncia que habrá algún cabeza de turco que podría ir a parar con sus huesos en la cárcel. En ese preciso momento, comenzarán a crearse puestos de empleo, después de muchas conversaciones, pero la crisis aún perdurará.


La siguiente pregunta a la vidente se centra en la situación aragonesa. Y el corte al montón de la baraja no puede ser peor: sale "el diablo". La cosa está complicada y se precisan decisiones urgentes. Pero, en seguida, la irrupción de "el emperador" levanta los ánimos. "Es alguien que tiene muchas ideas y que está trabajando duro en la resolución de la crisis", deduce Irene. El tarot sigue hablando por sí mismo a través de los labios de Irene, que vislumbra la llegada de inversores extranjeros en Aragón. "Para diciembre, sale la carta de la 'frialdad', que es buena para los negocios".


La conclusión, con la imagen del sol, es positiva. "A un medio-largo plazo, la economía de Aragón será próspera".


Las cartas han hablado e Irene se relaja. Recoge la baraja y termina la sesión. Su análisis podrá parecer acertado, o no, aunque lo cierto es que la vidente se ha mojado más que muchos expertos analistas. Ahora, solo queda que sus predicciones positivas se materialicen. Que la crisis se evapore, aunque sea por arte de magia…