El promotor de Puerto Calanda quiso también pedir ayudas al Miner

El empresario detenido el viernes por defraudar 2,6 millones de euros de subvenciones decía tener socios del Norte de Europa.

Momento del registro en el domicilio del empresario en la comarca leridana de Balaguer.
El promotor de Puerto Calanda quiso también pedir ayudas al Miner
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El empresario leridano José Luis García, en prisión desde el pasado viernes por defraudar 2,6 millones de euros en subvenciones del programa de Reindustrialización (Reindus) solicitados para la creación de una empresa de precocinados en Calanda, también quiso pedir ayudas al plan Miner. El hombre, que se presentó ante el Ayuntamiento de la localidad turolense en la anterior legislatura como promotor de un ambicioso proyecto denominado Puerto Calanda y representante de un grupo inversor procedente del norte de Europa, buscaba para ubicar la industria una localidad beneficiada con las ayudas del plan Miner.

Esta herramienta financiera, creada para impulsar proyectos en los pueblos afectados por la reconversión minera, proporciona subvenciones a fondo perdido.


El entonces miembro de la Mesa de la Minería por CC. OO, Antonio Herrero, recuerda que la iniciativa no llegó a presentarse ante este órgano, pero agregó que todos conocían por esas fechas la idea "por el gran impacto social que su anuncio causó en toda la comarca". Considera que la falta de terreno para su ubicación -había pedido sin éxito al Ayuntamiento la cesión por el precio simbólico de un euro de los 100.000 metros cuadrados que necesitaba- y la indefinición del proyecto, habrían terminado por abortar su deseo de acogerse al Miner. El sindicalista sostiene que esto le hubiera supuesto al empresario ahora detenido una buena aportación de capital, "porque se podía conceder por anticipado hasta el 85% de la subvención solo con presentar un aval".


José Luis García, de 55 años de edad, fue detenido y posteriormente decretado su ingreso en la prisión de Teruel sin fianza como presunto cabecilla de un entramado societario afincado en Lérida. Junto a él fueron arrestadas en las localidades de Balaguer y Vilanova de la Barca (Lérida) otras cinco personas más, y luego puestas en libertad bajo fianza, por constar como administradoras de sociedades pantalla. A todos ellos se les acusa de delitos de fraude en subvenciones, falsedad documental, blanqueo de capitales y pertenencia a grupo criminal.


Las ayudas públicas que recibió el detenido fueron transferidas a diversas sociedades con sede en los citados municipios leridanos, desde las cuales se destinaron a adquirir un chalé en Vilanova y dos vehículos de alta gama. Se usaron también para otras actividades económicas ajenas a Calanda. Su detención fue la culminación de una investigación llevada a cabo por la Policía Nacional desde el mes de junio a partir de un informe emitido por la Agencia Tributaria en relación a las ayudas del Reindus.


Trabajo para discapacitados


Manuel Royo, alcalde de Calanda en la anterior legislatura y el que mantuvo los primeros contactos con el empresario leridano, reconoce que en el Ayuntamiento veían inicialmente el proyecto "con muchas lagunas, y, en cierta manera, muy fantasioso, pero cruzábamos los dedos para que saliera". Los más de 200 puestos de trabajo que se iban a crear -que luego quedarían en 100-, en torno a una actividad dedicada a la producción de hortalizas a la brasa precocinadas, además del revulsivo que podría suponer para toda la comarca, excluían cualquier recelo.


"A mí, como sindicalista -explicaba Royo-, me llamaban la atención los servicios rozando la utopía que pretendía instalar, como médico, incluso dentista, exclusivos para los asalariados". Pretendía, además, contar con un módulo destinado a crear entre 45 y 50 puestos de trabajo destinados a personas con discapacidad.


El exalcalde señaló que el ahora detenido acudió al pueblo en compañía de una mujer ucraniana, de la que dijo que era su compañera sentimental y socia capitalista. Llegó, incluso, a organizar un acto para contactar con cooperativistas y agricultores que debían proporcionar la matera prima, y al que también asistieron numerosos vecinos.