El detenido por el apuñalamiento de Albarracín ingresa en prisión por tentativa de homicidio

El agresor asegura que la navaja, que no ha aparecido, la sacó la víctima durante el forcejeo por una disputa de tráfico

El autor confeso del apuñalamiento, ayer, a su llegada a los juzgados de la capital turolense.
El detenido por el apuñalamiento de Albarracín ingresa en prisión por tentativa de homicidio
J. Escudero

El presunto autor del apuñalamiento que el pasado miércoles dejó malherido a un hostelero de Albarracín ingresó ayer en la cárcel provincial por orden del Juzgado de Instrucción número 3 de Teruel. El detenido, M. I. L. U., de 32 años y vecino de La Unión (Murcia), prestó declaración durante tres horas ante el juez, que, a instancias del Ministerio Fiscal, ordenó la prisión provisional por un posible delito de homicidio en grado de tentativa. Mientras, el herido, Luis Herranz, se recupera en el hospital Obispo Polanco del navajazo que recibió en el abdomen como consecuencia de una discusión de tráfico.


El abogado defensor, Mario Gil, afirmó que su cliente iba «desarmado» y que fue el hostelero de Albarracín quien «sacó» una navaja y «amenazó de muerte» al turista murciano. A continuación, según la versión de la defensa, se inició un «forcejeo» en el transcurso del cual el arma «cambió de mano» y terminó clavada en el cuerpo de Luis Herranz. El letrado afirmó que su defendido «no tuvo intención» de herir en ningún momento y se encuentra «abatido» por lo ocurrido.


El altercado que desembocó en la agresión se inició cuando los vehículos conducidos por Luis Herranz y M. I. L. U. se encontraron de frente en un callejón donde, debido a la estrechez de la calzada, no podían cruzarse. Se desató una disputa sobre quién debía maniobrar para dejar el paso libre que terminó cuando Herranz recibió un navajazo en el vientre.


La defensa resaltó que la prisión tiene carácter «provisional» y se mostró confiada en que la práctica de nuevas pruebas permitirá modificar la situación de su cliente y su salida de la cárcel a la espera de juicio. El abogado reconoció la gravedad de la acusación que pesa sobre su defendido, pero matizó que la vida del herido «no peligró» en ningún momento. 


El arma utilizada en la agresión no ha sido localizada a pesar de que está siendo buscada por la Guardia Civil desde que se produjeron los hechos. El presunto autor de la puñalada sostiene que iba desarmado. Su abogado explicó que en el coche en que viajaban el detenido, su mujer y su bebé de 20 meses, solo tenían un navaja multiusos para «hacer bocadillos» y otra más pequeña en un neceser. Ambas fueron descartadas como las causantes de la grave herida que presentaba Luis Herranz.


El detenido aseguró ante el juez que no fue consciente de la gravedad de las heridas sufridas por el hombre con el que había forcejeado hasta que fue detenido por la Guardia Civil en Santa Eulalia, hora y media después. Huyó, según dijo el abogado, «asustado» por la irrupción de varias personas procedentes de una casa a la que Herranz acudió en busca de ayuda por su propio pie. La huida fue presenciada por un vecino, policía local de profesión, que ayer también prestó declaración ante el juez. Los datos que aportó a las fuerzas de seguridad facilitaron la captura del sospechoso.


Mario Gil describió a su cliente y a su esposa como «gente normal». Ambos trabajan como funcionarios y tienen una niña de 20 meses, que viajaba con ellos el miércoles. Gil reconoció que su defendido «salió muy nervioso» del coche al iniciarse el altercado, un hecho que atribuyó a «la tensión del momento, con la niña llorando». Según el abogado, la esposa del presunto agresor intervino en tono «conciliador» durante la discusión, aunque sin poder conseguir una solución amistosa.Bajo tratamiento psicológico

El abogado añadió que el detenido estaba «más irritable» de lo normal debido al «tratamiento» médico que recibe por un problema psicológico, aunque aclaró que este hecho «no justifica nada». Señaló, no obstante, que todo se desencadenó por una disputa nimia que podría calificarse de «tontería del siglo» sino fuera porque, como reconoció, ha «desembocado en dos dramas familiares».