Una invasión de topillos causa estragos en Bello

Agricultores y vecinos de la localidad turolense se encuentran preocupados por la magnitud de la plaga que afecta a los cultivos de patatas, pero también a lugares públicos como el parque o las piscinas.

Una plaga de topillos tiene en jaque a los agricultores y vecinos de Bello, una localidad de poco más de dos centenares de habitantes, en la Comarca del Jiloca. Los roedores están causando grandes daños en las plantaciones de patatas, uno de los cultivos por excelencia de la zona.


Pero la invasión no afecta solo a la agricultura, también a la vida diaria de los vecinos, que se han visto obligados a convivir con ellos en lugares como las piscinas municipales o el parque. “Estamos tomándonos un cerveza tranquilamente y, de repente, aparecen por el césped del recinto como Pedro por su casa”, lamenta Jaime Barrado, alcalde de Bello. “Hace cuatro o cinco años tuvimos el mismo problema, pero la plaga no alcanzó la magnitud de la de este verano”, continúa el primer edil. “Estamos invadidos”, sentencia. 


La exterminación a través del uso de productos fitosanitarios, como ha sucedido en otras Comunidades Autónomas como Castilla La Mancha -también afectadas por estos roedores-, sería una de las respuestas más radicales al problema. Sin embargo, la ubicación de la localidad en el mismo vaso de la Reserva Natural de la Laguna de Gallocanta impide esta solución por tratarse de un espacio protegido con restricciones compensadas por las ayudas agroambientales.“Pero precisamente la patata es un cultivo que no percibe subvención alguna, ni siquiera por los daños causados por animales, y por eso necesitamos nuevas medidas”, explica Barrado. 

Las patatas de Bello son muy apreciadas en el mercado nacional

Bello cuenta con unas 50 hectáreas de patata que se reparten entre una decena de agricultores de la treintena que todavía quedan en activo en el municipio. En ellas se cultiva una media de 250.000 kilos al año. Su destino se encuentra las fábricas de patatas fritas nacionales, donde son muy apreciadas por su calidad, y Madrid o Alicante son dos de sus destinos más habituales. Pero de no atajar pronto el problema, este año quizás no lleguen a su destino.  


Según aseguran los agricultores, tras la cosecha de cereal los topillos se han concentrado en las plantaciones de patatas donde encuentran alimento y humedad. “Mientras cosechábamos el cereal ya vimos algunas aves que sobrevolaban la zona, vestigio de que había más alimento. Lo que no nos podíamos imaginar es que la plaga iba a llegar a alcanzar estas dimensiones”, detallan. “Los campos están llenos de agujeros por todos los lados y están causando verdaderos estragos en los campos de patatas porque las que tocan ya no valen en el mercado”, añaden. 


Aunque todavía no pueden cuantificar los daños porque la temporada no llegará a su fin hasta el mes que viene, los agricultores califican como “muy graves” los daños causados hasta el momento. 


Técnicos de la DGA valoran el problema 

Hace unos días, el alcalde de Bello solicitaba una entrevista con el director general del Medio Natural del Gobierno de Aragón, Pablo Munilla, con el objetivo de conseguir una autorización para poder utilizar algún producto fitosanitario que ayudase a combatir la plaga. Y esta semana, técnicos del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente han viajado hasta el municipio para conocer el impacto y ya se encuentran elaborando un informe. 


Munilla se comprometió a buscar una solución tan pronto como los técnicos del departamento determinen qué se puede hacer teniendo en cuenta las características especiales de la zona. Mientras, desde la localidad turolense esperan tener noticias a principios de la semana que viene.