TERUEL

La Subdelegación suprime las barreras arquitectónicas del interior de su sede

Asociaciones de discapacitados de la capital denuncian que aún quedan muchos organismos públicos que no están adaptados a personas con problemas de movilidad

El edificio de la Subdelegación del Gobierno en Teruel está siendo reformado con el objetivo de eliminar de su interior las barreras arquitectónicas que dificultan el acceso de las personas con problemas de movilidad. El inmueble tiene una sola entrada para el público que está precedida de varios escalones. Ya dentro, es necesario subir más peldaños tanto si se quiere llegar hasta la oficina de Información y Registro -el servicio más utilizado por los ciudadanos- como si se desea coger el ascensor para llegar al resto de las plantas.


Las obras, a cargo de la empresa Edycon y con un presupuesto de 550.000 euros, comenzaron hace algunas semanas. El cometido principal de las mismas es instalar un nuevo ascensor que cuente con dos puertas -para hacer más fácil la entrada y la salida- y que pueda ser utilizado desde la planta semisótano, con entrada por la calle de Miguel Vallés. Irá precedido de una rampa en lugar de escaleras.


Otra actuación consistirá en reubicar la oficina de Información y Registro, que pasará de la primera planta en la que se encuentra ahora al nivel del semisótano, e igualmente contará con entrada por la calle de Miguel Vallés en lugar de tener el acceso por la plaza de San Juan.


La ejecución del proyecto tiene un plazo de 14 meses. Tras el parón de unos días con motivo de las fiestas de la Vaquilla, las obras se han reanudado y podrían estar terminadas en el verano del año que viene.


Fuentes oficiales de la Subdelegación del Gobierno destacaron que la reforma de los núcleos de comunicación vertical del edificio era un "objetivo" de esta Administración desde hacía bastante tiempo. Para la realización de las obras ha sido necesario instalar una grúa de gran tamaño cuya altura sobrepasa la del edificio, de cinco plantas.


Desde la asociación de discapacitados físicos y sensoriales de Teruel Nuevo Día, con un centenar de miembros, aplaudieron ayer la reforma iniciada en el edificio de la Subdelegación, pero denunciaron que en la capital de la provincia quedan todavía varios organismos públicos cuyas instalaciones no están adaptadas a las personas con problemas de movilidad.


Justicia y Ayuntamiento


La trabajadora social de Nuevo Día, Bea Sanz, citó, entre otros edificios que conservan barreras arquitectónicas, el Palacio de Justicia. Este inmueble dispone de un elevador para sillas de ruedas, pero su manejo y utilización requieren de la ayuda de una persona, una circunstancia que limita la libertad de movimiento del discapacitado.


Otro ejemplo, explicó Sanz, lo constituye el propio Ayuntamiento, en cuyo ascensor no cabe una silla de ruedas automática, de mayores dimensiones que las manuales. Igualmente, la sede de la comarca Comunidad de Teruel solo cuenta con un elevador imposible de usar por parte de un discapacitado si no es con la colaboración de otra persona.


Para la asociación Nuevo Día, mención aparte merecen los autobuses urbanos. Estos cuentan con una plataforma para hacer posible la entrada y salida de sillas de ruedas, pero al no coincidir la altura de la misma con la de las aceras, se forma un escalón "peligroso para el usuario y que, además, poco a poco va destrozando la silla", aclaró Bea Sanz.


Desde Nuevo Día destacaron que "hace tiempo que la Subdelegación debería haber instalado un ascensor adaptado, dando ejemplo, frente a otros organismos públicos, de lo importante que es suprimir barreras arquitectónicas".


La situación no es mejor, según Nuevo Día, en establecimientos públicos como comercios o entidades bancarias, "a veces, con rampas tan pronunciadas que da miedo utilizarlas", criticó Bea Sanz.