TERUEL

Gea de Albarracín se echará a la calle para evitar el traslado de su párroco

Convocan una manifestación para el 14 de agosto. Los feligreses dicen que el obispo se niega a atender sus quejas

Los vecinos de las tres parroquias atendidas por el sacerdote de Gea de Albarracín -además de esta localidad, Royuela y Moscardón- se manifestarán el próximo día 14 de agosto ante las puertas del Obispado de Teruel para evitar el inminente traslado de su párroco, Avelino Belenguer, a Muniesa. Representantes del consejo parroquial de Gea solicitaron ayer por escrito en la Subdelegación del Gobierno autorización para concentrarse a las 12.00 en la plaza del Venerable Francés de Aranda para mostrar su "total desacuerdo" con el desplazamiento de Belenguer, previsto para las próximas semanas.


El secretario del consejo parroquial de Gea -órgano asesor del párroco-, Enrique Cobos, explicó que, recientemente, una delegación de los feligreses que contaba con el respaldo del alcalde de la localidad mantuvo una reunión con el obispo de Teruel y Albarracín, José Manuel Lorca, para mostrar su "ferviente deseo" de que Avelino Belenguer continúe en la localidad. Sin embargo, según Cobos, Lorca mantuvo en todo momento una actitud "totalmente negativa y poco dialogante ante las peticiones planteadas".


Los feligreses de Gea defienden la labor desarrollada por el sacerdote en los dos años que lleva destinado en la localidad. Resaltan sus logros, tanto en el campo de la devoción como en la restauración de la iglesia parroquial. Señalan que, gracias a su esfuerzo, la afluencia de público a las misas se ha triplicado y, además, se ha iniciado la rehabilitación del interior del templo. Con la marcha de Avelino Belenguer, la localidad pasará a estar atendida por el cura de Cella.


Enrique Cobos señaló que, como solución de compromiso, el consejo parroquial propuso al obispo la posibilidad de aplazar el traslado hasta que concluyan los trabajos de restauración de la iglesia. Las obras, con un presupuesto total de 180.000 euros, han culminado su primera fase. Sin embargo, según Cobos, José Manuel Lorca "se encerró en su planteamiento inicial y se mantuvo inamovible".


El malestar vecinal por el traslado del sacerdote se plasmó también en un escrito de protesta avalado por doscientas firmas. Además, en la misa del pasado domingo, un asistente leyó una carta abierta de rechazo que fue respaldada por los aplausos de los presentes. El secretario del consejo parroquial afirmó que la estrecha relación de la población con su cura se debe, fundamentalmente, a que se trata de una persona "válida y capaz, que en menos de dos años ha emprendido la restauración de la iglesia y ha multiplicado la presencia de público en las misas".


El obispado de Teruel no quiso hacer valoraciones sobre el traslado del sacerdote ni sobre la airada reacción que la medida ha provocado en su parroquia. El desplazamiento a otra zona de la provincia se enmarca en una reordenación de las demarcaciones asignadas a cada cura en respuesta a la falta de vocaciones.


Avelino Belenguer tampoco quiso valorar la decisión tomada por el obispado: "El obispo manda sobre mí y le debo obediencia". Sin embargo, no pudo ocultar la aflicción que le causa un traslado que le "duele y apena". Admitió que la respuesta de los feligreses, reclamando su continuidad, es una muestra de su "aprecio personal". "Les doy las gracias por su petición de que siga en Gea, porque eso demuestra que están a gusto conmigo", añadió. Belenguer, que llegó a la localidad procedente de Rubielos de Mora, mantiene la remota esperanza de que las quejas vecinales puedan hacer recapacitar al obispo sobre su traslado.


El grupo de feligreses que se reunió ayer a las puertas del templo en obras recalcó que su movilización no es una mera pataleta sino un último intento de evitar el traslado del sacerdote. Recalcaron que la movilización prevista para el 14 de agosto será en todo caso pacífica, "aunque quizá llevemos pitos para hacer, al menos, un poco de ruido para ser escuchados". Los parroquianos consideran que el traslado de Avelino Belenguer a Muniesa responde a "una mala planificación episcopal".