La incorporación de dos nuevas técnicas quirúrgicas en el hospital de Teruel evitará viajes a los pacientes

El Servicio de Otorrinolaringología (ORL) del hospital Obispo Polanco de Teruel ha incorporado a su cartera de prestaciones dos nuevas técnicas quirúrgicas cuya práctica evitará desplazamientos de los pacientes a centros sanitarios de Zaragoza, a donde tenían que viajar hasta ahora los enfermos para someterse a estas operaciones y al seguimiento de las mismas.

El equipo médico, integrado por tres jóvenes otorrinos que llegaron al hospital turolense hace poco más de un año –Fernando García, Yolanda Lois y Guillermo Gil–, solicitó al Salud poder llevar a cabo operaciones que hasta la fecha no se han realizado en Teruel, pero para las que ellos han recibido formación. La petición les fue aprobada y ahora agradecen a la directora del Obispo Polanco, Ana Garzarán, así como al área quirúrgica y a otros servicios del centro, su apoyo a la iniciativa.

Una de las operaciones consiste en dilatar el conducto del oído conocido como trompa de Eustaquio con un balón que se introduce con un catéter por la nariz. La técnica mejora la salud de pacientes cuyos órganos de audición no regulan bien los cambios de presión atmosférica –se advierte a menudo en un viaje en avión o en la ascensión a un monte al aparecer una sensación de taponamiento–, una patología que puede derivar en otitis serosas.

Como explica Fernando García, al Servicio de ORL de Teruel llegan bastantes pacientes con este problema y entre cinco y diez de ellos podrán beneficiarse anualmente de la implantación de la nueva técnica que, por ahora, no se realiza en todos los hospitales públicos de la Comunidad aragonesa.

Los otorrinos de Teruel harán, además, implantes de un dispositivo de audición que va sujeto con un tornillo al hueso temporal del cráneo. Yolanda Lois señala que la intervención está indicada para pacientes que no pueden usar un audífono convencional por sufrir perforación del tímpano, estenosis del conducto auditivo o malformaciones en la oreja. Se estima que una decena de personas al año podrá someterse en Teruel a esta operación, que hasta ahora requería de al menos cinco desplazamientos a Zaragoza para la realización de las pruebas, el implante, la activación del sistema y las revisiones.

Horas extra

El Servicio de ORL, que en 2019 estuvo cerrado durante 12 días por falta de médicos y ahora cuenta con una plantilla estable, estrena también un endoscopio de nariz y garganta cuyo coste se eleva a 25.000 euros. Por otro lado, como subraya el tercero de los especialistas, Guillermo Gil, el equipo de facultativos, que atiende al mes a una media de 350 pacientes, realiza horas extra en consultas y quirófanos desde principios de año para aligerar listas de espera.

Planificando el traslado

Los tres otorrinos aguardan con ilusión la finalización del nuevo hospital de Teruel –prevista para finales de este año– y ya están haciendo inventario del aparataje y planificando cómo trasladarán el servicio. Allí contarán con más espacio físico –en el Obispo Polanco solo hay dos consultas–, lo que abre la posibilidad a un incremento de la plantilla que ellos consideran necesario.

"Deberíamos estar cinco médicos como mínimo", afirma Guillermo Gil recogiendo el parecer de sus compañeros. En opinión del equipo, un aumento del personal permitiría ampliar la oferta quirúrgica y reduciría la carga burocrática por profesional. Además, disminuiría el número de guardias al mes que tiene que hacer cada especialista, cifrado ahora en ocho, una ratio mucho más elevada que la que se da en hospitales más grandes con servicios dotados de mayor número de médicos. "Tantas guardias resultan agotadoras y es muy difícil conciliar el tiempo con los amigos y la familia", advierte Yolanda Lois.