El Museo de Teruel destapa la vida cotidiana de los celtíberos

Expone 601 objetos hallados en la ciudad antigua de La Caridad, en Caminreal, en 40 años de excavación arqueológica.

Vicente, Manuel Rando –presidente de la DPT– y Piñeiro, sobre la recreación del mosaico de Likine.
Vicente, Manuel Rando -presidente de la DPT- y Piñeiro, sobre la recreación del mosaico de Likine.
A. G./BK

El Museo de Teruel acaba de abrir una exposición con la que pretende hacer historia, sobre todo, de aquella que no aparece en los relatos oficiales, donde el protagonismo se lo llevan las batallas. La muestra, titulada ‘Non modo bellum (No solo la guerra)’, quiere desvelar cómo era la vida cotidiana en un poblado del mundo celtibérico y lo hace a través de 601 objetos hallados en la ciudad antigua de La Caridad, en la localidad turolense de Caminreal, a lo largo de 40 años de excavaciones arqueológicas.

Hay vitrinas espectaculares, como la que reúne una colección de piedras de molino con las que las mujeres de La Caridad procesarían el trigo. El visitante se encuentra también con recreaciones de las viviendas descubiertas en el yacimiento y que ponen de manifiesto las distintas clases sociales que existían en el lugar. La casa de Likine –una de las construcciones estudiadas– tenía 900 metros cuadrados y muy cerca de ella había otras de apenas 55 metros cuadrados. La ciudad surgió en el siglo II antes de Cristo y pervivió durante 60 años, hasta que fue destruida en el curso de enfrentamientos civiles entre facciones romanas.

La exposición, que estará abierta hasta el próximo mes de octubre, se detiene en la valiosa colección de más de 200 inscripciones en lengua celtíbera halladas en La Caridad –ningún otro yacimiento en la Península concentra tantas–. Algunas están en el gran mosaico que cubría el suelo del palacete de Likine y que ha sido reproducido en una de las salas del museo.

Hay también utensilios de cocina y aseo personal, así como adornos de mujer y niño y objetos sobre el pensamiento simbólico de los habitantes de La Caridad, quienes absorbieron la cultura mediterránea a través de la población romana que los colonizó. En una recreación en 3D se muestra cómo elaboraban los habitantes un pastel de queso, uno de los productos de la alta cocina romana. Hay igualmente una catapulta y un vídeo en el que se explica su funcionamiento.

Más de un año ha dedicado el personal del Museo de Teruel a preparar la muestra, que ha necesitado de varias semanas para su montaje, siguiendo las directrices del prestigioso diseñador de espacios culturales Jesús Moreno. "Es una gran exposición que atraerá público a nivel nacional", aseguró ayer el delegado de Cultura de la Diputación Provincial de Teruel (DPT), Diego Piñeiro, durante la presentación de la actividad.

Para el director del Museo, Jaime Vicente, ‘Non modo bellum’ es una "oportunidad" para conocer una etapa clave en la historia de Teruel. La comisaria de la exposición, Beatriz Ezquerra, destacó el valor cultural de las piezas expuestas, mientras que la restauradora Pilar Punter ensalzó el esfuerzo realizado para que los objetos puedan ser contemplados.

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