Los legionarios romanos vuelven al acueducto de Gea de Albarracín

Un grupo de recreacionistas vestidos de legionarios, ciudadanos y esclavos romanos ha recorrido este sábado el acueducto de Gea de Albarracín rememorando la escena que se pudo dar hace 2.000 años, cuando esta singular obra de ingeniería se construyó para derivar agua del río Guadalaviar a la ciudad que debió existir en el actual emplazamiento de Cella. 

La recreación, organizada por la asociación Hispania Romana, pretende probar que los equipos, armamentos e indumentarias, confeccionadas de acuerdo a modelos reales, son adecuados y pudieron utilizarse en su momento con buenos resultados.

Los 16 participantes en la recreación han marchado siguiendo el curso del acueducto durante los últimos 10 kilómetros, hasta desembocar en Cella, donde debió existir un núcleo suficientemente importante para justificar la canalización, que discurre a través de 25 kilómetros excavada en las paredes rocosas del estrecho valle por el que discurre el Guadalaviar y también bajo tierra. Cada 50 metros, la conducción dispone de un pozo, utilizado para la construcción y también para el mantenimiento.

El secretario de Hispania Romana, Juan Antonio Bermejo, vestido y equipado como un miembro de la Legio VIIII Hispana Macedonia Victrix, explica que sus ropas, armas y pertrechos -réplica de otros documentados históricamente- pesan 35 kilos. Para hacer soportable esta carga, va equipado con un recipiente de agua y también con galletas, un alimento muy extendido entre los legionarios confeccionado a base de harina de espelta y que puede complementarse con distintos aditamentos. 

Bermejo explica que la excursión desde Gea a Cella es un ejercicio de “arqueología experimental” que pretende demostrar la adecuación de los equipos romanos para las necesidades de la época. “No solo nos vestimos de romanos, sino que experimentamos cómo funcionaban las ropas, calzados y equipos en aquel momento histórico”.

Antonio Garcia/Bykofoto

Los legionarios del siglo XXI caminan con todo su armamento a cuestas, integrado por un puñal, una espada y una lanza, el famoso ‘pilum’, y una coraza. Junto a ellos, marchan mujeres vestidas como ricas damas, ciudadanos y también esclavos. Las ropas, los calzados y hasta los complementos responden a los modelos vigentes en el Imperio Romano en el siglo I antes de Cristo.

Los recreacionistas han llegado de Madrid, Alicante, Sevilla y Asturias. Pero el promotor de la marcha por el acueducto es el turolense miembro de Hispania Romana Javier Gascón, que reivindica la importancia del patrimonio romano en la provincia de Teruel y lamenta que haya caído en el olvido oculto por el pasado medieval, popularizado por las fiestas ambientadas en aquel periodo, como las recientes Bodas de Isabel.

La asociación recreacionista Hispania Romana desarrolla distintos eventos en la Península Ibérica de forma itinerante en parajes y monumentos vinculados al periodo de dominación romana, como el Puente de Alcántara (Cáceres), el acueducto de Chelva (Valencia) o las minas de oro de las Médulas (León). Este sábado le ha llegado el turno al acueducto de Gea de Albrracín, que, en su día, podría transportar 300 litros de agua por segundo y que actualmente es un reclamo turístico acondicionado parcialmente para la visita.