Teruel

En un arcén, al raso y con riesgo de atropello, así esperan los vecinos de Alfambra el autobús de Barcelona

El Ayuntamiento y la empresa de transporte estudian dirigirse al Gobierno central para pedir el cambio de ubicación de la parada

Una vecina de Alfambra, en la parada del autobús que une Teruel y Barcelona, donde no hay ni marquesina ni una simple señal.
Una vecina de Alfambra, en la parada del autobús que une Teruel y Barcelona, donde no hay ni marquesina ni una simple señal.
Heraldo

En Alfambra, una localidad turolense con 500 habitantes, coger el autobús que va a Barcelona tiene sus riesgos. El vehículo no entra al pueblo a recoger viajeros por lo que estos tienen que salir a la carretera Nacional 420 y cruzar cuatro carriles por el medio de la calzada -no hay paso de cebra- si quieren llegar hasta el punto de parada del bus, que se encuentra entre el arcén y la valla de protección de esta vía y que ni siquiera está señalizado. 

Como no hay marquesina, los viajeros aguardan la llegada del bus a temperaturas bajo cero en invierno y a pleno sol en verano, se mojan si llueve o nieva y soportan el viento cuando este sopla. 

Brígida Muñoz, de 80 años, que viaja con frecuencia a Barcelona por motivos familiares y médicos, califica la situación de "inhumana". "Estamos en el arcén y al raso, con peligro de que un camión nos atropelle si tiene cualquier despiste", explica. "Los coches pasan tan cerca -relata-, que un día subí al bus con los pies mojados porque me salpicó un coche que pisó un charco". La mujer recuerda haber estado días esperando en la parada "a 40 grados y a 10 bajo cero, y a eso no hay derecho".

Como otros vecinos, Brígida pide que el autobús de Barcelona, de la empresa Hife, se desvíe de la N-420 y entre al municipio, donde, junto a la antigua carretera, existe una marquesina en la que aguardan los viajeros que cogen el coche de línea regular que va a Zaragoza. "Esa maniobra no le costaría al autobús ni tres minutos de tiempo y todos ganaríamos en seguridad y comodidad", asegura esta vecina.

Empresa y Ayuntamiento deben ir de la mano

El responsable de Hife en Aragón, Roberto Mateo, considera "un peligro" que el autobús pare en una carretera en la que los coches pueden alcanzar 90 kilómetros por hora y sin que haya un apeadero para ello. Por eso, su intención es "colaborar" para que el problema en Alfambra se resuelva. 

Advierte de que las paradas las fija el Ministerio de Transportes, si bien la empresa concesionaria de la ruta, en este caso Hife, puede instar al Gobierno central a un cambio de ubicación si cuenta con un informe favorable del Ayuntamiento. 

Mateo considera importante que todas las partes alcancen un acuerdo que evite demoras considerables en el trayecto. En concreto, el viaje entre Teruel y Barcelona atraviesa 20 municipios -uno de ellos Alfambra- con una duración total de cuatro horas. "No debemos retrasar la ruta con 5 o 10 minutos en cada parada, hay que optimizar los tiempos", recuerda el responsable de Hife Aragón, quien, no obstante, subraya su "disposición a solucionar el problema".

"Se quejan con razón"

El alcalde de Alfambra, Carlos Abril, admite que sus vecinos "se quejan con razón". "Permanecer en la orilla de la carretera hasta que llega el autobús no es lo correcto, está muy mal", destaca y anuncia que se pondrá en contacto con la empresa para buscar la manera de mejorar la situación. "Por nosotros -en referencia al Ayuntamiento-, el autobús debería entrar al pueblo".

Abril plantea que quizá convendría crear una línea de teléfono que permitiera a los viajeros avisar a la empresa concesionaria de que van a subir al bus, para que este entrara al pueblo, pero solo cuando hubiera demanda. Puntualiza el alcalde que apenas cinco vecinos de Alfambra al mes son usuarios de esta ruta.

 

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