Un arbusto es el último obstáculo ambiental para los accesos al nuevo hospital de Teruel

El Inaga aprueba la modificación urbanística para las obras, pero exige proteger el crujiente.

Estado actual de las obras de construcción del hospital de Teruel.
Estado actual de las obras de construcción del hospital de Teruel.
Antonio Garcia/Bykofoto

El proyecto de los accesos al nuevo hospital de la capital provincial que la DGA construye en los terrenos del Planizar tendrá que superar un último obstáculo medioambiental. El Instituto Aragones de Gestión Ambiental (Inaga) acaba de aprobar la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Teruel precisa para encajar los viales que conectarán el centro sanitario con la condición de que, “previamente al inicio de las obras”, se realicen “prospecciones” en la zona afectada para asegurarse de que los trabajos no van a perjudicar a un arbusto protegido, el Vella pseudocytisus o crujiente.

El visto bueno condicionado del Inaga es uno de los pronunciamientos administrativos precisos para que el Ayuntamiento apruebe la modificación del PGOU y, a continuación, el Gobierno aragonés pueda licitar la ejecución del proyecto, redactado por el Consistorio y remitido al Departamento de Sanidad de la DGA para su ejecución y financiación.

El crujiente es una especie “amenazada” en Aragón y es objeto de un plan de recuperación para su conservación y expansión. La planta ha retrocedido por la sobreexplotación ganadera, las canteras y las obras de infraestructuras, como los accesos al hospital de Teruel.

Las conexiones proyectadas para el centro hospitalario lo unirán a la Vía Perimetral de Teruel, por el sur, y con la autovía A-23, por el norte. Tienen un presupuesto de 8,9 millones de euros y un plazo de ejecución de 18 meses. Los viales previstos tendrán una longitud de 2,2 kilómetros con tres rotondas en los enlaces.

La zona afectada por las obras es, como señala la resolución del Inaga, limítrofe con el ámbito de aplicación del plan de recuperación del crujiente, con lo que se considera “posible” la presencia de este arbusto. Como consecuencia, se establece la prescripción de prospectar el espacio destinado a los accesos y, en caso de localizar ejemplares de esta especie, “asegurar la integridad” de los mismos.

Contratiempos

La obligación de preservar el crujiente se suma a otros contratiempos del proyecto de los accesos, como la modificación del trazado para reducir los desmontes y los desniveles de las obras o la afección al trazado del acueducto de Los Arcos, que motivó una primera resolución negativa de la Comisión Provincial del Patrimonio.

La modificación del PGOU es imprescindible debido al cambio de trazado de los accesos para reducir su pendiente, a la necesidad de incorporar las servidumbres aéreas derivadas del helipuerto proyectado junto al hospital y a los cambios introducidos en el sistema de drenaje de los viales.

El Inaga recuerda también que por prescripción de la Comisión Provincial del Patrimonio Cultural, las obras deberán “establecer especial cuidado y precaución” en los lugares cercanos al trazado del acueducto renacentista de Los Arcos, declarado Bien de Interés Cultural y que discurre por la zona de las obras.

El concejal delegado de Infraestructuras, Juan Carlos Cruzado, explicó que tras el dictamen favorable, aunque condicionado, del Inaga falta todavía otro informes para la aprobación de la modificación del PGOU. Depende del Ministerio de Transportes y corresponde a las servidumbres aéreas.

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