Las máquinas de bebidas de los trenes de Teruel, apagadas desde hace dos años

La Plataforma en Defensa del Ferrocarril denuncia que la falta del servicio obliga a alargar paradas para que los pasajeros bajen del vagón y consuman en las estaciones.

Un tren sale de la estación de Teruel con destino a Valencia, en una imagen reciente.
Un tren sale de la estación de Teruel con destino a Valencia, en una imagen reciente.
Antonio García/Bykofoto

Los trenes que circulan por la línea turolense llevan dos años con sus máquinas expendedoras de bebidas y alimentos apagadas. La prohibición de comer en los vagones que se implantó con la llegada de la pandemia de coronavirus en 2020 obligó a suspender la autoventa de productos, pero posteriormente, con la vuelta a la normalidad en 2021, el servicio ya no se repuso. Las máquinas permanecen en los vagones físicamente, pero vacías y paradas.

Desde la Plataforma en Defensa del Ferrocarril de Teruel -integrada por colectivos ciudadanos, sindicatos y partidos políticos- denuncian que la falta de funcionamiento de las máquinas de venta automática de bebidas y alimentos crea situaciones "complicadas" en algunos trayectos, especialmente en los más largos, como son el itinerario que une Cartagena (Murcia) con Zaragoza, de casi diez horas de duración, y el que va de Zaragoza a Valencia, de cinco horas.

Juan Bello, portavoz de dicha asociación y delegado sindical de los trabajadores de Renfe por CC. OO., explica que, con frecuencia, maquinistas e interventores tienen que solicitar permiso a la Jefatura para alargar la parada en alguna de las estaciones intermedias al objeto de que aquellos viajeros en situación más comprometida puedan bajar del vagón y comprar al menos una botella de agua o unas galletas en las máquinas o en el bar de la terminal ferroviaria.

Bello recuerda que así ocurrió recientemente con un pasajero enfermo de diabetes y advierte de que entre los viajeros también puede haber gente de edad avanzada o niños que precisen reponer fuerzas. "En los viajes de largo recorrido es necesario un servicio mínimo, no podemos arriesgarnos a tener un problema", subraya el sindicalista. Cuando los maquinistas solicitan prolongar la parada, se emplean en esta acción de tres a cuatro minutos que provocan un pequeño retraso en el viaje, pues habitualmente el tren no se detiene más de 60 segundos, el tiempo imprescindible para que bajen y suban los viajeros.

Otras fuentes de la Plataforma en Defensa del Ferrocarril de Teruel lamentan que, "como siempre, el viajero es el sufridor de las carencias del tren y ello no contribuye a atraer clientes a este medio de transporte". Las mismas fuentes critican que en el billete se informa de que el convoy dispone de máquinas de autoventa de bebidas y alimentos, "pero cuando los pasajeros ya están dentro se dan cuenta de que la publicidad no se ajusta a las prestaciones reales del tren".

Renfe explica que el problema surgió cuando, a la vuelta de la normalidad tras la pandemia de coronavirus, la empresa que gestiona las máquinas de autoventa se percató de que había "un alto grado de vandalización" en los aparatos, que se habría producido por parte de los viajeros a bordo de los trenes.

Plan de actuación

La compañía ferroviaria señala que la empresa que presta el servicio ya ha empezado a diseñar un plan de actuación para que las máquinas expendedoras vuelvan a funcionar. Al parecer, en las próximas semanas podrían comenzar los trabajos para que estos aparatos vuelvan a estar operativos.

El problema ha afectado a trenes de Media Distancia y Regionales, que son los únicos que circulan por la línea ferroviaria que une Zaragoza con Teruel y Valencia, lo que supone que ninguna de las relaciones que pasan por la capital turolense dispone en la actualidad de máquinas de autoventa. En el resto de Aragón también se ha registrado la misma carencia en ambos tipos de convoyes al ser la misma empresa la que se hace cargo de los aparatos expendedores.

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