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Hacienda recurre a Tragsa para desatascar la restauración del castillo de Cutanda

La Dirección General del Patrimonio del Estado, propietaria de la fortaleza, licitó la obra pero quedó desierta.

Restos de la torre del homenaje del castillo de Cutanda y, al fondo, el casco urbano.
Restos de la torre del homenaje del castillo de Cutanda y, al fondo, el casco urbano.
Antonio Garcia/Bykofoto

El Ministerio de Hacienda desbloquea la restauración del castillo de Cutanda, una pedanía de Calamocha, con la adjudicación directa de las obras a la empresa pública Tragsa por 399.895 euros y con seis meses de plazo de ejecución. El proyecto salió a licitación, pero ninguna empresa se interesó por la ejecución, que quedó desierta el pasado mes de julio. El mismo problema se repite con otras muchas obras públicas ante la falta de personal y el encarecimiento de los precios de las materias primas que deja desfasados los presupuestos.

Ante las dificultades para encontrar contratistas dispuestos a consolidar y restaurar los restos de la fortificación, que se remonta al siglo X, la Dirección General del Patrimonio del Estado, propietaria del monumento, ha encargado directamente los trabajos a Tragsa, que ya ha lanzado ofertas de contratación de personal en el entorno de Cutanda para realizar las obras.

El subdelegado del Gobierno, José Ramón Morro, explica que el contrato de adjudicación se firmará de inmediato. Morro añade que el encargo directo a Tragsa es "la única forma" de desbloquear la ejecución de unas obras largamente reivindicadas por los vecinos de Cutanda.

La concejala socialista Sonia Palacio, que forma parte del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Calamocha, afirma que recurrir a la empresa pública es "una buena solución" para "desbloquear" una actuación por la que ningún contratista privado se había interesado.

Palacio reconoce que el Ayuntamiento lleva mucho tiempo esperando la intervención en el castillo, que actualmente, no es accesible. Las obras no contemplan retirar el vallado perimetral que protege los restos. El proyecto sí permitirá eliminar la malla que desde 2018 preserva la carretera contigua de posibles desprendimientos desde la fortificación.

También la alcaldesa pedánea de Cutanda, Tamara López, se felicita por el próximo inicio de las obras y añade que colaboró a divulgar las ofertas laborales de Tragsa para reclutar a la plantilla el entorno de la pedanía.

El proyecto a ejecutar consiste en la consolidación de la torre del homenaje –el principal elemento del castillo que sigue en pie–, asegurar el muro de tapial perimetral y realizar una excavación arqueológica en una superficie de 400 metros cuadrados.

El castillo estaba bajo dominio musulmán en 1120, cuando tuvo lugar la batalla de Cutanda, decisiva para el control del Valle del Ebro por el reino de Aragón. La fortaleza fue un punto de apoyo del ejército almorávide que se dirigía a Zaragoza y que fue derrotado por los cristianos.

Según el historiador Rubén Sáez, experto en la batalla de Cutanda, se desconoce el papel que pudo jugar la fortaleza en aquel episodio histórico, pero parece seguro que la fortaleza estaba bajo control sarraceno porque el campamento almorávide se levantó a su abrigo.

El castillo de Cutanda era cabeza de un ‘iqlim’ –distrito– de la marca superior durante el califato. Sufrió distintas transformaciones hasta la definitiva en el siglo XVI, cuando pertenecía ya al Arzobispado de Zaragoza. El elemento más representativo de los restos actuales es una torre del homenaje, que formaba parte de un castillo-palacio, como explican Sáez y el arqueólogo Javier Ibáñez, que confían en los frutos que deparará la excavación arqueológica del enclave.

Las Guerras Carlistas del siglo XIX provocaron la definitiva ruina de la fortificación, que, según el historiador, contaba con un puente levadizo, seis torres y un aljibe, entre otras dependencias. En el siglo XVI disponía de artillería para su defensa.

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