patrimonio

El Inaga aprueba la demolición de la térmica de Escucha

El Ayuntamiento pide que se mantenga la chimenea como recuerdo simbólico del pasado termoeléctrico de la localidad.

La central térmica de Escucha permanece cerrada desde 2013.
La central térmica de Escucha permanece cerrada desde 2013.
Antonio Garcia/Bykofoto

La demolición de la central térmica de Escucha, cerrada desde 2013, inicia la cuenta atrás tras la aprobación del proyecto de derribo integral presentado por la empresa propietaria, Repsol, en el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga). La compañía energética había presentado en 2019 un plan para derribar todas las instalaciones, pero suspendió la tramitación administrativa al abrirse negociaciones con el Ayuntamiento, presidido entonces por Luis Fernando Marín, que estaba interesado en recibir la planta termoeléctrica para su adecuación como recurso turístico vinculado a la mina subterránea de carbón que ya es visitable en la localidad.

Sin embargo, Marín fue desbancado de la alcaldía por una moción de censura votada en diciembre de 2020 liderada por sus excompañeros del grupo municipal de Ciudadanos. El nuevo equipo de gobierno descartó asumir la restauración del complejo eléctrico y su mantenimiento como reclamo turístico al entender que superaba las posibilidades financieras del Ayuntamiento.

La renuncia municipal a conservar la central motivó la reanudación del trámite del proyecto de demolición ante el Inaga, que, el pasado 12 de agosto, comunicó a los interesados su propuesta de resolución autorizando el derribo de la planta térmica. Al superar el plazo de 10 días sin recibir alegaciones, la aprobación pasa a ser definitiva, según informó una fuente del Gobierno aragonés.

El alcalde de Escucha en sustitución de Luis Fernando Marín, su excompañero de Cs Héctor García, ha explicado que Repsol no ha comunicado cuáles son sus intenciones respecto al uso futuro de los terrenos que ahora ocupa la central. García ha adelantado que pedirá a la empresa propietaria que mantenga algún elemento constructivo simbólico de la tradición termoeléctrica de la localidad, como la chimenea.

Héctor García ha ratificado que el Ayuntamiento no tiene capacidad financiera para mantener todo el complejo de la central térmica por sus grandes dimensiones, su deterioro y las obligaciones que conlleva en materia de seguridad.

La central de Escucha, construida en 1969, fue el motor económico de la cuenca minera central al consumir su producción carbonífera hasta su cierre en 2013 ante la imposibilidad de adecuarla a las exigencias ambientales. Fue construida por Fuerzas Eléctricas de Cataluña y posteriormente pasó por las manos de Endesa, E.ON, Viesgo y, finalmente, Repsol.

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