medio ambiente
La única yeguada trashumante de España llega a Villarquemado tras recorrer 130 kilómetros
La manada, que partió del interior de Valencia, aprovecha los pastos de verano del humedal del Cañizar.
La única yeguada trashumante del país, La Dula, ha llegado este viernes con sus 97 ejemplares, entre adultos y crías, a los pastos de verano en el humedal del Cañizar, entre Villarquemado y Cella, donde permanecerá hasta finales del próximo otoño. La manada partió hace cuatro meses y medio de su lugar de invernada en Domeño, en el interior de la provincia de Valencia, para recorrer a pie los 130 kilómetros que la separaban de su destino estival.
Por el camino, el rebaño equino hizo paradas para realizar trabajos de desbroce, eliminación de maleza y plantas invasoras y para despejar caminos y senderos. Su estancia más larga tuvo lugar en Abejuela, cerca de la antigua base militar de La Salada, donde los caballos permanecieron cuatro meses en unos pastos de alta montaña. La última etapa del largo viaje hasta el Cañizar ha empezado en el corral de Pie Gordo, en San Blas, y ha pasado por la cola del pantano del Arquillo.
Los 68 caballos adultos y 29 potros –con edades que van de los seis meses a solo 20 días– que integran la manada pertenecen a media docena de propietarios de las provincias de Teruel y Valencia que desplazan en grupo sus animales entre Domeño, cerca de la confluencia de los ríos Turia y Tuéjar, y el Cañizar.
El vicepresidente de La Dula y pastor de la yeguada, Emilio Izquierdo, ha explicado que uno de los objetivos de esta asociación de criadores de equino es reivindicar la pervivencia de las vías pecuarias. El viaje de ida y vuelta entre el interior de Valencia y Teruel se realiza a través de la Cañada Real de Aragón, aunque en algunos tramos Izquierdo matiza que tienen que buscar recorridos alternativos por la "invasión" del antiguo camino pecuario.
Emilio Izquierdo, criador de ganado bravo en La Puebla de Valverde, ha indicado que la manada de La Dula lleva a cabo una eficaz labor de "control de la vegetación" por encargo de particulares y Administraciones. En su recorrido camino de los pastos de verano, el rebaño eliminó cañaverales en Villar del Arzobispo (Valencia) y se dispone a hacer lo propio con el carrizal de Villarquemado.
Acompañan a Izquierdo en su periplo cuatro pastores a caballo que reciben apoyo de otro colaborador en un vehículo. Al final de cada jornada, descansan en una tienda de campaña, junto al rebaño.
Este año, el camino –el mismo que La Dula sigue desde hace 14 años– ha estado marcado por el intenso calor y la escasez de pastos. Si la vegetación no es suficiente para alimentar el ganado, los pastores recurren a pienso, un suplemento alimentario, que, como explicó uno de los ganaderos, es muy apetecido por los caballos, que lo buscan "como si se tratara de una golosina".
El desplazamiento trashumante no se interrumpió ni durante la pandemia. "Los años de la covid-19 íbamos muy tranquilos, porque no había nadie por los caminos", apuntó Izquierdo.
Agustín Torres, uno de los pastores, ha aclarado que las olas de calor de este verano no les impactaron de lleno porque transcurrieron durante su larga parada de Abejuela. "En unos pastos situados a 1.600 metros de altura, por las noches hasta teníamos que abrigarnos con una manta", ha recordado.
En los carrizales del Cañizar, el centenar de cabezas que forman La Dula quedará al cuidado de un pastor. Además de aprovechar los pastos, su labor servirá para frenar la expansión del carrizo, una planta invasora que se apodera del humedal. Aunque ha habido ocasiones en que el rebaño no ha partido hacia Valencia hasta diciembre –con temperaturas de hasta ocho grados bajo cero–, este año Emilio Izquierdo planea emprender el camino de vuelta a Levante a finales de noviembre.
