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Las charangas, reinas de la calle en el último día de Vaquilla

La música pachanguera alegra la ciudad en su despedida de unas fiestas especiales, tras la covid y sin el Torico de siempre

Charangas el lunes de la Vaquilla/2022-07-11/ Foto: Jorge Escudero[[[FOTOGRAFOS]]]
La charanga valenciana 'La Lluna', en plena actuación junto a la peña El Disloque.
Jorge Escudero

Veinte charangas contratadas por otras tantas peñas vaquilleras de Teruel se han adueñado este lunes de la ciudad para despedir las Fiestas del Ángel. Capaces de versionar en música pachanguera cualquier melodía, han recorrido sin descanso las calles seguidas de miles de peñistas que enarbolaban la pancarta con el nombre de su asociación exprimiendo las últimas horas de la celebración.

“Esta ciudad es espectacular y cuida a sus charangas un montón, por eso nos ha encantado venir y acompañar a todas partes a la peña El Disloque”, ha explicado el presidente de la charanga valenciana La Lluna, Ramón Expósito. Él mismo se sorprendía de la peculiaridad que encierra el ‘paso vaquillero’, una especie de trotecillo calmado con el que los peñistas van, incansables, tras la charanga durante horas. “Es algo muy particular de Teruel”, reconocía Expósito.

Charangas el lunes de la Vaquilla/2022-07-11/ Foto: Jorge Escudero[[[FOTOGRAFOS]]]
Una charanga ameniza la plaza del Torico
Jorge Escudero

Para el peñista Fernando Guillén, de la Junta de El Disloque, el ‘paso vaquillero’ “está en el ADN de los turolenses y no se puede explicar cómo se hace”. Una joven, Ana Belén Abril, de El Trago, intentaba, sin embargo, describir esta práctica a una compañera de la peña. “Es mover los pies siguiendo la música y al ritmo ‘uno-dos, uno-dos’”, decía.

Convertidas en el alma de la Vaquilla, las charangas han llenado de alegría una ciudad con la mitad de la gente que hubo en los dos días anteriores, cuando miles de visitantes se sumaron a la fiesta tras la puesta del pañuelo al Torico.

La de este lunes ha sido una jornada protagonizada por los turolenses y por su tradición, en este caso, la suelta de toros ensogados por el Casco Histórico. El calor ha pegado con fuerza y algunos han ideado cómo seguir tras la charanga a primera hora de la tarde sin desfallecer en el intento. Así, un peñista de El Despiste se armó con una gran cantimplora llena de agua a sus espaldas y un dispositivo para rociar con el líquido elemento a quien se le acercase, y han sido muchos. Esta noche, con una gran traca, Teruel dará por clausurada la edición vaquillera más especial, tras dos años de pandemia y con la caída del Torico solo unos días antes de su inicio.

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