Casi una cuarta parte de la red de carreteras de Teruel tiene una anchura inferior a 5 metros

La Diputación Provincial pide ayuda al Estado para mejorar el extenso entramado viario, esencial para la conexión entre los pueblos.

Un turismo circula por la TE-V-8024 de Cedrillas a Alcalá de la Selva, sin anchura ni línea divisoria.
Un turismo circula por la TE-V-8024 de Cedrillas a Alcalá de la Selva, sin anchura ni línea divisoria.
J. Escudero

Sin cunetas, sin arcenes, sin vallas de seguridad ni apenas señalización horizontal y con una plataforma reducida a la mínima expresión. Así se encuentra casi la cuarta parte de la extensa red viaria provincial de Teruel, cuyo papel, sin embargo, es esencial para la comunicación y el desarrollo de los pueblos.

De los 975,19 kilómetros de carreteras locales turolenses, 234 –el 24%– tienen una anchura de calzada inferior a 5 metros, lo justo para que puedan cruzarse dos coches, pero complicado si entra en escena un camión y arriesgado para los adelantamientos si a ello se suma un trazado plagado de curvas. Del total, el 56% –547 kilómetros– tienen una plataforma de entre 5 y 7 metros, menos que la sección de una carretera estatal convencional, que alcanza los 7,10 metros. Solo el 20% restante mide más de siete metros

Entre las carreteras más estrechas, la que une Cabra de Mora y Alcalá de la Selva o las que van de la autovía A-23 a Peracense y de Tronchón a Villarluengo, donde es difícil circular a más de 60 kilómetros por hora, pero hay bastantes más en las 10 comarcas turolenses.

Desde la Diputación Provincial de Teruel (DPT), titular del entramado viario local, reclaman la implicación del Estado para financiar las costosísimas tareas de mejora y modernización de la red, que al discurrir en gran parte por montaña, requieren de una mayor inversión. Señalan que otras provincias más pobladas reciben mayor apoyo económico del Gobierno central, al repartirse la cuantía proporcionalmente al número de habitantes. Por si fuera poco, la DPT asume el coste de los bomberos en la capital, un servicio que en otras ciudades grandes asumen los ayuntamientos.

Trabajos de mejora del firme, por parte de la Diputación de Teruel, en la carretera de Royuela.
Trabajos de mejora del firme, por parte de la Diputación de Teruel, en la carretera de Royuela.
HA

"Arreglar un kilómetro de carretera en la provincia de Teruel cuesta 300.000 euros; no es lo mismo en los llanos de Cuenca", puntualiza el diputado delegado de Carreteras de la DPT, Alberto Izquierdo. "Nuestra red es una de las más amplias del país y con una orografía muy compleja", añade.

Izquierdo considera "imperioso" modernizar la red de carreteras de la provincia, si bien confiesa que el coste excede de la capacidad inversora de la Diputación. Con todo, la institución ha puesto en marcha un plan de choque para mejorar el entramado viario que es de su competencia, destinando más de seis millones de euros al año a limpieza y conservación de carreteras, "frente a los 800.000 euros anuales que se invertían hasta 2019", detalla Izquierdo. En este ejercicio, gracias a dos anualidades del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE) –aportado al 50% por los gobiernos central y autonómico– y a la supresión del techo de gasto para las instituciones públicas, la DPT invertirá 22 millones de euros en sus carreteras.

"En las últimas dos semanas hemos bacheado 300 kilómetros", destaca Izquierdo, quien sostiene que arreglar las vías es "de sentido común; no es una cuestión de dinero, sino de seguridad".

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