El parque de las riberas de Teruel elimina el efecto barrera del Turia con dos nuevas pasarelas

Teruel contará desde el próximo mes de junio con una nueva zona de esparcimiento que discurrirá por ambos márgenes del río Turia, desde su nacimiento y a lo largo de tres kilómetros. El proyecto "Mejora del estado ecológico y adecuación del uso público de las márgenes de los ríos Alfambra y Turia a su paso por Teruel" ha regenerado las riberas con una inversión de 578.543,35 euros de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (Edusi), cofinanciada a partes iguales por la Unión Europea y el Ayuntamiento.

Uno de los principales logros de la actuación es la construcción de dos pasarelas que permeabilizarán el río, que ahora solo se puede cruzar por la pasarela que construyó la Confederación Hidrográfica del Júcar en 2008 cerca de la estación del tren. Los nuevos pasos sobre el cauce, colocados a una altura suficiente para no obstaculizar el caudal de riadas con un retorno de 500 años, están situados cerca del nacimiento del Turia –por la confluencia del Guadalaviar y el Alfambra– y de la fábrica de Confecciones Teruel. La alcaldesa, Emma Buj, explica que las pasarelas "integran el río en la ciudad" al facilitar la realización de rutas circulares por los dos márgenes del curso fluvial.

Una de las prioridades de la intervención ha sido "sanear" la vegetación de las riberas del río. Debido a su antigüedad y a pertenecer a especies inapropiadas por su rápido envejecimiento, numerosos árboles de gran porte se partían o desplomaban con el consiguiente peligro de accidentes.

La intervención ha supuesto la tala de 400 árboles, chopos canadienses en su mayoría, y su sustitución por otros tantos ejemplares de especies autóctonas y mejor adaptadas al cauce. La alcaldesa defiende la necesidad de proceder a la eliminación de los árboles enfermos porque estuvo respaldada por "criterios técnicos" y contó con el visto bueno de los servicios municipales y del Inaga. El resultado han sido unas riberas más abiertas y libres de ramas y árboles partidos, pero también más vacías de vegetación.

A pesar de las críticas iniciales de algunos vecinos por las talas de cientos de árboles junto al cauce, la presidenta de la Asociación de Amigos de las Plantas Acacia, Carmen Sanz, hace un balance positivo de la intervención municipal. "Se llevaron por delante algunos árboles que no era necesario eliminar, pero se ha hecho una replantación con especies adecuadas y con frutales que favorecen a la fauna", explica Sanz. Recuerda que el bosque de ribera estaba formado básicamente por chopos canadienses de crecimiento rápido pero también de envejecimiento precoz que se convierten en un peligro por el riesgo de fractura o derrumbamiento. En su lugar se han plantado fresnos, sauces, álamos, nogales y otros frutales.

El proyecto ha aprovechado parte de los recorridos que en su día habilitó la CHJ, ha abierto otros y ha sustituido una zona de parque situada en la orilla opuesta a La Moratilla por un área de ‘agility’ para que las mascotas puedan hacer ejercicio. El Ayuntamiento mantiene conversaciones con asociaciones dedicadas a a esta especialidad para realizar una exhibición como acto inaugural de la mejora de las riberas.

Mantener las zonas verdes se dispara en 300.000 euros anuales

La incorporación del nuevo parque fluvial del Turia obligará al Ayuntamiento a incrementar su inversión en mantenimiento de zonas verdes. La conservación de las riberas, de Las Arcillas y del parque que bordea el Polígono Sur comportará un coste anual de 300.000 euros, según la estimación municipal. El presupuesto de 2022 contempla una partida para afrontar este gasto añadido en el último trimestre del año porque, previamente, habrá que redactar el pliego de licitación, sacar a concurso el servicio y adjudicarlo.

Emma Buj señala que el Ayuntamiento mantiene su voluntad mejorar la conexión de la ciudad con las riberas del Turia con la supresión de 16 kilómetros de tendido ferroviario entre la estación de Teruel y el puerto de Escandón para eliminar la barrera de las vías entre la ciudad y el río. Aunque el Ministerio de Transportes no ha respondido a la sugerencia presentada por el Consistorio en este sentido, Buj manifiesta su voluntad de insistir en la idea, que dejaría la terminal de la capital en un fondo de saco –los planes del Ministerio de Transportes pasan por desviar las mercancías por una variante al norte de la ciudad pero mantienen el tráfico de pasajeros por el trazado actual–, liberaría espacios para una estación intermodal y permitiría convertir el tramo de vía férrea eliminado en un recorrido ciclista y peatonal.