Cuidar plantas fotovoltaicas con ovejas en San Martín del Río: triunfa la opción 'beee'

Un pequeño grupo de ganado ovino ejerce el control de las malas hierbas en el parque de energía limpia situado a la entrada del pueblo turolense.

Un grupo de ovejas controla las malas hierbas entre plantas fotovoltaicas en San Martín del Río.
Un grupo de ovejas controla las malas hierbas entre plantas fotovoltaicas en San Martín del Río.
Laura Uranga

Jesús Sanz es de Daroca, donde vive, aunque sus raíces maternas están a 7 kilómetros, y en otra provincia. En San Martín del Río (Teruel), el primer pueblo de Teruel por esos pagos, Sanz y su socio José Navarro (también darocense) tienen 15 paneles fotovoltaicos de 65 metros cuadrados cada uno, con una potencia total de 100 KW; están situados junto al transformador del pueblo, lo que facilitó la instalación de la línea de evacuación. Se trata de uno de los parques fotovoltaicos de pequeño tamaño enclavados en los aledaños de muchas localidades aragonesas. Lo que ya no es tan común es que el parque esté cuidado por ganado ovino; hay otros casos, pocos, pero el de la localidad turolense lo protagoniza una guardia pretoriana, tan abnegada como lanuda, pacífica y discreta. Puede verse muchos días a la entrada del pueblo desde la Nacional 234. junto al peirón de la Virgen del Pilar y el espectacular Museo Etnológico local.

“Es una solución limpia, ecológica al cien por cien, que mi socio y yo -explica Sanz- elegimos hace unos cuantos años. Tenemos las placas desde junio de 2008, creo que fuimos de los primeros en ponerlas por aquí; lo de las ovejas era mucho mejor idea que cortar la hierba continuamente, y tampoco queríamos sulfatar. Hicimos un núcleo doméstico para poder tener ocho ovejas, que es el máximo que permite la reglamentación, y así la base de las placas, que son giratorias y de dos ejes, está libre de malas hierbas; el único trabajo que nos dan los animales es el de supervisión, tenerlas vacunadas y sanas”.

Jesús Sanz, sobrino del popular pastelero y chocolatero de Daroca Manuel Segura, recuerda que la inversión no fue pequeña. “El campo da poco, y nos pareció una buena idea, teniendo el transformador del pueblo al lado. Fueron más de 800.000 euros, pero creímos que sería rentable y no nos hemos arrepentido. La luz suma a la red; queríamos haber puesto más, pero no nos dejaron. Ahora hay una al lado de un megavatio. Lo de las ovejas parece que gustó a unos cuantos: vinieron de Castellón a verlo, y también lo pusieron por allá”. Esta semana ha trascendido que la práctica es un éxito en otros puntos de España: se ha hecho popular el rebaño que evoluciona con idénticos fines en la planta de Huelva de Magnon Green Energy, filial del Grupo Ence.

Para Sanz y Navarro, la cosa tiene chicha por partida doble. Literalmente. “Hay siete ovejas y un mardano, así que cada año tenemos cordericos. 13 ó 14, y encima se suelen concentrar los partos en pocos días”.

Una solución que inspira

Jorge Edo es el delegado de la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier) en Aragón, y conoce la práctica. “Sé que lo está aplicando más gente a nivel de plantas pequeñas y cercanas a los núcleos de población. Aquí en Ejea se hace alguna vez, y sé que también se ha probado en Salillas de Jalón, porque son unos conocidos míos los que han tenido la iniciativa. Se trata de encontrar un ganadero al que le venga bien pasar por el parque en la época en que la hierba está más crecida; lo hablas, las pasa, las deja un día o dos y hacen un trabajo magnífico, pero no es cosa de diario. Desde luego, se trata de una gran idea"

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