Teruel

La DGA instala en Teruel cien refugios para que aniden murciélagos y frenen la plaga de procesionaria

Las fortísimas heladas tras la borrasca Filomena en 2021 causaron una mortandad de orugas, pero fue puntual y la población sigue al alza

Un refugio para murciélagos instalado en la pared de una masía del Maestrazgo.
Un refugio para murciélagos instalado en la pared de una masía del Maestrazgo.
Heraldo

El Servicio Provincial de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente de la DGA en Teruel ha instalado en los montes de la provincia un centenar de refugios para murciélagos con el fin de que estos mamíferos que se alimentan de insectos aumenten su población y ayuden a reducir la plaga de procesionaria que sufren los árboles.

La borrasca Filomena, en enero de 2021, a la que siguieron varios días de heladas de hasta 20 grados bajo cero, produjo una mortalidad puntual en las temidas orugas, que dejan sin hojas a los pinos y causan reacciones alérgicas en humanos y mascotas, pero las trampas colocadas para averiguar si la densidad de individuos sube o baja, sigue apuntando al alza.

Según indica el ingeniero forestal del Servicio Provincial de Medio Ambiente en Teruel Felipe Rosado, desde 2020 a la actualidad el incremento de la procesionaria es constante, probablemente porque encuentra alimento suficiente en los bosques y porque, de acuerdo a su compleja metamorfosis y ciclo de reproducción, pueden estar saliendo ahora a la superficie mariposas que se enterraron en el suelo hace seis años y a las que no les ha afectado el frío. Rosado apunta que, cuando los árboles empeoren por el propio ataque de la procesionaria, esta quizá reduzca su población, iniciando un periodo de descenso que podría durar varios años.

Una caja colocada en un árbol en el bosque del Maestrazgo.
Una caja colocada en un árbol en el bosque del Maestrazgo.
Heraldo

Desde 2009, la DGA no realiza en los bosques tratamientos masivos con productos fitosanitarios esparcidos desde avionetas, salvo en casos excepcionales, como el llevado a cabo recientemente en el entorno de una ermita de La Puebla de Híjar. En lugar de ello y para proteger la biodiversidad, el Gobierno aragonés ha optado por métodos biológicos, como considerar al murciélago un aliado en la lucha contra la procesionaria, al cazar a este insecto cuando está en fase de mariposa, antes de ser oruga.

Los refugios se han colocado en montes del Gobierno aragonés distribuidos por las comarcas del Maestrazgo, Cuencas Mineras, Comunidad de Teruel, Gúdar-Javalambre y Albarracín. El plan contempla ampliar el radio de acción a otras zonas de la provincia de Teruel en el futuro, siempre que existan recursos presupuestarios.

Se trata de cajas habitacionales de madera o de cartón que se han colocado en árboles, paredes de masías abandonadas y naves agropecuarias diseminadas por el monte, así como en algún merendero. Los murciélagos, que ya han empezado a ocupar estos espacios, permanecen colgados en su interior durante el día y salen por la noche a cazar insectos.

La iniciativa va dirigida especialmente a aumentar la población de los murciélagos forestales, aquellos que habitan en los bosques y son, por tanto, los más útiles para controlar la plaga de orugas. El paso siguiente en el estudio será "comprobar que se ha reducido la población de mariposas de la procesionaria", explica Rosado. También para otra fase de la investigación queda analizar los excrementos de los quirópteros, conociendo así con mayor exactitud cuál es su alimentación. En el entorno de la capital turolense, se han instalado refugios en la Sierra de Castelfrío –entre Cedrillas y Alfambra–, en El Pobo y en Peralejos.

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