medio ambiente

Albalate del Arzobispo cazó 25.000 conejos en 2021, pero los daños de esta especie en la agricultura persisten

El Ayuntamiento contrata una empresa especializada en el control de la fauna para frenar los daños en el campo.

Nidos excavador por conejos junto a un campo de cultivo de Albalate.
Nidos excavador por conejos junto a un campo de cultivo de Albalate.
L. C.

La presencia de conejos en el término municipal de Albalate del Arzobispo es, según el Ayuntamiento, un "problema serio". El año pasado se mataron 25.000 ejemplares, aunque esta especie sigue causando daños considerables en muchos campos. La superficie afectada se cifró en 10.000 hectáreas en 2021.

Desde el Ayuntamiento se denunció públicamente esta situación y se solicitó ayuda al Gobierno de Aragón. Mientras, desde el propio Consistorio han decidido poner medios para tratar de atajar la superpoblación de roedores. Una de las últimas medidas es la inclusión en el presupuesto de 2022 de una partida para contratar una empresa especializada en control de fauna. El objetivo es que realice la captura de esta especie y colaborar así "con la buena labor que está llevando a cabo la Sociedad de Cazadores", indicó la alcaldesa, Isabel Arnas.

Esta medida se suma a la que implementó el pasado otoño al abrir una línea de ayudas a los cazadores por 2.000 euros. El Ayuntamiento reclama al Gobierno de Aragón "permisividad de la caza en todo momento" y "ayudas económicas tanto a los agricultores como a los cazadores".

"Los agricultores se quejan y con toda la razón porque además de los daños en las campos, están pagando cantidades muy altas en seguros", dijo el teniente de alcalde y concejal de Agricultura, Samuel Pérez, que lamentó que esta superpoblación se haya convertido en "un problema muy serio", ya que "se presentan varios frentes abiertos con cazadores por un lado y agricultores por otro".

"Los daños afectan a la mitad del término municipal y es un problema que nos supera porque cada año vienen más agricultores con quejas", dijo la alcaldesa. "Es totalmente improductivo: así como siembran las fincas, al día siguiente están arrasadas por los conejos y los cazadores se van a tener que plantear también abandonar el coto", remachó Arnas.

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