"Para conseguir lo imposible, los vecinos de Aliaga solo tardamos un poco más"

Tras casi 50 años en manos privadas, una permuta hará posible que la fortaleza medieval de la antigua localidad minera sea municipal. El Consistorio quiere restaurarla.

Sergio Uche, alcalde de Aliaga, junto al castillo, que domina la localidad y será restaurado.
Sergio Uche, alcalde de Aliaga, junto al castillo, que domina la localidad y será restaurado.
A. G./Bykofoto

Lo dice el alcalde, Sergio Uche. "Para conseguir lo imposible, los vecinos de Aliaga solo tardamos un poco más". Y en ello están. Tras cinco largos años buscando sin desfallecer al propietario de su maltrecho castillo medieval y una vez localizado, el Ayuntamiento logrará convertirse muy pronto en el nuevo dueño de la fortaleza. Acaba de alcanzar un acuerdo con el actual titular para transmitir el inmueble a cambio de una parcela rústica de poco más de una hectárea a siete kilómetros del pueblo que en caso de expropiación alcanzaría un precio de unos 3.000 euros.

La permuta, que se firmará, previsiblemente, a finales de este año, es, a juicio del regidor, la mejor salida para ambas partes y especialmente para la fortificación, abandonada a su suerte desde hace décadas. El Ayuntamiento consigue el bien que perseguía sin merma para las arcas municipales. El dueño, un vecino de Barcelona que heredó de su padre el castillo tras haberlo adquirido este último por 120.000 pesetas en una subasta estatal en 1972, se libra de hacer frente a una cuantiosa inversión para frenar la ruina inminente de la construcción.

"Sé que pierdo y pierdo bastante -cuenta Uche que se lamentó el barcelonés en el tramo final de la negociación-, pero es lo que hay". Después de casi 50 años en manos particulares, el castillo de Aliaga será municipal.

Pero la compra del fortín es solo el primer paso. La localidad, que batalla sin descanso por evitar la pérdida de población desde que en 1982 se decretara el cierre de su central térmica, quiere hacer del castillo uno de sus principales reclamos turísticos. Ya ha pedido ayuda al Gobierno aragonés para poder financiar la elaboración de un plan director que marque los pasos a seguir para dotar de una nueva vida al castillo.

"Lo primero -anuncia Uche- será realizar una excavación arqueológica que saque a la luz toda la información posible". Bajo los escombros yace la crónica de esta fortaleza y también, es de suponer, los sillares de los muros que se desmoronaron por el paso del tiempo y las guerras del siglo XIX, las carlistas y la napoleónica, pues ambas pasaron por Aliaga. El capítulo siguiente será reconstruir todos aquellos elementos que aún quedan en pie, básicamente 15 torreones y algunas paredes. Por último, se quiere crear allí un museo que hable del pasado del pueblo.

"Hay que proteger la historia antigua, porque forma parte de nuestra cultura", sostiene Sergio Uche, quien destaca la "gran entidad" del castillo de Aliaga, uno de los más importantes de la provincia si se tiene en cuenta que fue sede de dos órdenes militares, los monjes templarios y los hospitalarios, y que, con sus 4.700 metros cuadrados de planta, es el más extenso del territorio turolense.

El pueblo, con menos de 400 habitantes, afronta así uno de los proyectos de más envergadura de su últimos años. Hará falta una década para empezar a ver sus frutos, admite el regidor, y será necesario "mucho dinero", tanto, que ni siquiera es posible calcularlo ahora. El Consistorio planea acogerse a subvenciones del Gobierno central. Los vecinos respaldan las acciones del Ayuntamiento y están intentando formar una asociación que apoye, incluso económicamente, la restauración del castillo. "Sin esta fortaleza primigenia, Aliaga no existiría; es lógico que queramos hacer de ella un referente turístico y patrimonial", justifica el alcalde.

El conjunto defensivo domina el casco urbano, pero pasa muy desapercibido al visitante por el acusado deterioro de sus paredes, casi confundidas con la roca natural. El acceso en vehículo, rodeando el caserío, es realmente difícil. El camino de tierra, destrozado por las escorrentías de agua, solo es apto para expertos en el manejo de un coche todoterreno. El Ayuntamiento ya se ha dirigido a la Diputación de Teruel para solicitar su mejora y la institución provincial estudia la posibilidad de acondicionar esta vía o bien habilitar otra, "pues lo normal -subraya Sergio Uche- es que pudiera subirse al cerro por el interior del pueblo".

El castillo se sumará a los otros muchos atractivos turísticos que posee Aliaga. El tesón de sus vecinos ha hecho que la localidad cuente con un parque geológico -posee dos formaciones únicas en el mundo-, un museo de la minería, un pequeño observatorio astronómico y un sendero fluvial. 

"Se busca propietario de fortaleza"

El largo rastreo del Ayuntamiento de Aliaga para dar con el propietario del castillo cristalizó hace dos años, cuando, tras lanzar un mensaje en las redes sociales, el abogado del dueño se puso en contacto con el Consistorio. "Se busca al propietario del castillo de Aliaga", fue la escueta misiva que viajó por Internet.

No obstante, varias personas colaboraron para intentar resolver el enigma. Uno de ellos fue Pedro Juan Valera, empleado del Registro de la Propiedad de Aliaga, quien contribuyó al hallazgo de las escrituras de compra-venta del fortín. Partidario de constituir una sociedad vecinal que impulse la reconstrucción del castillo, afirma que esta fórmula podría evitar "cambios de criterio" en el Ayuntamiento si varía su color político.

También el historiador turolense Serafín Aldecoa se implicó en la campaña de búsqueda del dueño del castillo. Este estudioso del pasado de la provincia critica la "total desvalorización" del patrimonio considerado no rentable que se produjo en los años 70. "Se destruyeron muchos edificios y los pueblos perdieron importantes bienes y gran parte de su cultura", lamenta. 

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