El centro de primera acogida para refugiados que abrió sus puertas el pasado mes de mayo en la localidad turolense de Burbáguena ha atendido ya a 76 personas. Los recién llegados inician en estas instalaciones su itinerario de formación, aprendiendo el idioma y la cultura del país y comenzando a tener expectativas laborales.

El dato ha sido puesto de relieve este martes durante la visita que ha realizado la consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno aragonés, María Victoria Broto, al centro turolense, que está gestionado por la oenegé Accem. Broto ha destacado el beneficio conjunto que refugiados y habitantes de la localidad obtienen del funcionamiento de las instalaciones. Mientras los primeros reciben la atención básica necesaria y pueden encontrar una oportunidad de integración social y laboral, los segundos pueden acceder a nuevos puestos de trabajo.

En el centro, con capacidad para 50 personas, trabajan 15 empleados. La consejera ha subrayado que la puesta en marcha de las instalaciones ha supuesto, además, un aumento del número de clientes “para todos los negocios que hay en la localidad”. Broto ha alabado “el excelente trabajo que llevan a cabo las entidades que atienden a los refugiados en Aragón”, atribuyendo a ello el hecho de que a la Comunidad autónoma hayan llegado de Afganistán “más personas de las que proporcionalmente hubieran sido lo lógico”. La consejera ha afirmado que la integración de los refugiados “es mucho más fácil en el mundo rural”.

La responsable territorial de Accem en Aragón, Julia Ortega, ha explicado que en la actualidad el centro acoge a 37 personas, con la previsión de que alguna de ellas pueda quedarse a vivir en la zona. La escasez de viviendas es uno de los problemas que deberán afrontar las administraciones para facilitar el asentamiento de nuevos vecinos. En los primeros meses de funcionamiento de las instalaciones, como ha señalado la directora de las mismas, Sonia Salcedo, la mayoría de los usuarios eran varones de países africanos como Senegal, Mali, Gambia o Marruecos, si bien en los últimos meses empiezan a llegar familias desde Latinoamérica.

El alcalde de Burbáguena, Joaquín Peribáñez, ha resaltado que el centro ha sido “un antes y un después para el municipio”, donde viven apenas unos 200 vecinos, al garantizar la actividad industrial y abrir una ventana a nuevas iniciativas de futuro.