La mitad de las camas de la planta de Psiquiatría del hospital Obispo Polanco de Teruel, seis de un total de 12, están bloqueadas desde el pasado mes de julio por falta de médicos. La plantilla que atiende este servicio, junto con las consultas externas para adultos y niños y las distintas unidades del hospital psiquiátrico San Juan de Dios, se compone de 11 plazas, pero desde hace 15 meses sufre una merma de entre el 25% y el 40%. Ahora hay siete especialistas a tiempo completo y otro que trabaja media semana en Teruel y la otra media en un hospital zaragozano.

El jefe del Servicio de Psiquiatría del Obispo Polanco y coordinador de Salud Mental del Sector Teruel, Carlos Iglesias, lanza un mensaje de tranquilidad al subrayar que los casos graves están siendo atendidos con toda urgencia, pero advierte de que cuadros depresivos leves, procesos de insomnio o alteraciones en personas mayores están siendo vistos por médicos de Familia o geriatras para evitar demoras.

Iglesias añade que esta carencia de profesionales “tan mantenida en el tiempo” está generando “agotamiento” en los médicos, ya que la pandemia ha desestabilizado a muchos pacientes, incrementando la demanda.

Desde el pasado mes de julio, una decena de enfermos que precisaban ingreso han tenido que ser derivados a Zaragoza al no haber hueco en el Obispo Polanco. La mayoría de estos pacientes proceden de la zona de Alcañiz, cuyo centro de referencia para hospitalización psiquiátrica es el Obispo Polanco, pero se encuentra a menos kilómetros de la capital aragonesa.

El jefe de Psiquiatría del Obispo Polanco lamenta que las soluciones adoptadas hasta ahora, muchas de ellas implementadas por el Departamento de Sanidad del Gobierno aragones, no están siendo efectivas. “Los profesionales hemos redoblado esfuerzos y Sanidad ha permitido cerrar camas, que los médicos hagamos horas extra por la tarde, que los compañeros de Alcañiz realicen guardias en Teruel y que haya contratos mixtos entre Teruel y Zaragoza, pero no es suficiente”, afirma Iglesias.

El coordinador de Salud Mental en el Sector Teruel reivindica que las plazas de la plantilla se cubran en su totalidad y estima que, para ello, hacen falta diversas medidas. A su juicio, una buena comunicación por tren con Zaragoza facilitaría la conciliación familiar, animando a muchos médicos a trabajar en Teruel. Reclama, asimismo, más plazas en las universidades y más puestos de Médico Interno Residente (MIR), con el compromiso de estos de ocupar huecos en hospitales periféricos.

Iglesias estima necesario incentivar a los profesionales económicamente y con puntuación en bolsas de trabajo, además de proporcionarles ayudas para transporte o vivienda. Pide a la Administración que saque a concurso todas las plazas vacantes e impida que una vez adjudicadas queden vacías por excedencia u otros motivos.

Este psiquiatra considera que la situación en Teruel es “grave” y urge a las Administraciones a poner en marcha soluciones, “porque la asistencia está empezando a deteriorarse”. Pese a todo, Iglesias se muestra satisfecho de trabajar en Teruel. Sostiene que, con las plantillas completas, se trata de un lugar “privilegiado” para desarrollar la carrera, “con buenas unidades médicas, gran cercanía con el paciente y buena coordinación entre profesionales”.

La llegada de un médico con contrato mixto para Teruel y Zaragoza lleva al equipo de psiquiatría a plantearse la reapertura de dos camas.