teruel
Más de 200 familias en Teruel recurren al Economato de Cáritas por culpa de la crisis
El Ayuntamiento decide apoyar con 20.000 euros la gestión de este supermercado social
Un total de 233 familias recurren al Economato de Cáritas de la capital turolense para poder llenar su despensa debido a la crisis que ha provocado la pandemia de coronavirus y que ha pillado a buena parte de la población ya debilitada por la anterior recesión económica.
El director de Cáritas de Teruel, Juan Marco, ha alertado este martes de que muchos vecinos procedentes de otros países que habían regularizado su situación administrativa han pasado a ser irregulares al no tener empleo o no sumar el periodo cotizado necesario.
La escasa reducción de los alquileres en relación a los bajos salarios y el elevado coste de la luz, que obliga a recortar otros gastos en un hogar, son, a juicio de Marco, circunstancias que empujan a los turolenses a acudir al supermercado social de Cáritas. El director de Cáritas ha agregado que muchos negocios "han bajado la persiana en los últimos meses".
Ante esta situación, el Ayuntamiento de Teruel ha firmado un convenio con Cáritas por el que aporta 20.000 euros a esta organización humanitaria con el fin de ayudarle a cubrir los gastos de gestión del Economato.
Anualmente, Cáritas destina alrededor de 120.000 euros al mantenimiento del Economato, que ofrece alimentos perecederos y no perecederos de primera calidad así como productos de higiene y limpieza. Con la ayuda del Ayuntamiento y la que le concede la Diputación Provincial de Teruel, la oenegé cubre la mitad de los gastos, mientras que el resto procede "de donaciones", ha explicado Marco.
"La colaboración con entidades sociales multiplica los recursos para atender a quienes más lo necesitan y ayudarles a salir de una situación de crisis, que es el objetivo de este Ayuntamiento", ha manifestado la alcaldesa de Teruel, Emma Buj.
Por su parte, la concejala de Servicios Sociales, Nuria Tregón, ha destacado que se trata de un convenio "muy necesario" y ha advertido de que, mientras en los primeros meses de la pandemia, el perfil del usuario de las ayudas oficiales era una persona sin redes de apoyo familiar, "ahora los apellidos que vemos son más cercanos y cuyas redes sociales tampoco tiene recursos para comprar comida o pagar el alquiler".
