Patrimonio
Un antiguo penal de Valderrobres y un convento de Híjar, en la Lista Roja de Hispania Nostra
La asociación dedicada a velar por los monumentos considera que los dos edificios corren peligro de desaparición a corto plazo.
La provincia de Teruel incorpora en un mes tres monumentos a la Lista Roja que elabora Hispania Nostra con los edificios y bienes de interés artístico e histórico que corren peligro de desaparición por su falta de conservación. A la reciente incorporación del castillo de Los Ares de Pozondón se suman el Penal de Valderrobres, un edificio en ruinas que se remonta al siglo XIII, y el convento de Nuestra Señora de los Ángeles de Hijar, del siglo XVI.
Hispania Nostra señala, respecto de la torre de El Penal, que "actualmente, conserva dos arcos apuntados en las paredes noroeste y oeste, arcos que hacen que se pueda datar la construcción a partir del siglo XIII. Asimismo, en las paredes suroeste y oeste se conservan dos vanos: el de la fachada suroeste posee un arco apuntado tallado en el dintel superior y grabada una cruz florenzada -podria indicar la pertenencia a la orden de Calatrava-; mientras que el vano de la pared oeste tiene un arco de medio punto tallado en el dintel superior y una cruz latina en un nimbo."
Agrega en su informe que "los sillares medievales llegan hasta los cuatro metros de altura, siendo el resto piedras añadidas posteriormente. En la fachada oeste hay grabadas muchas cruces a metro y medio del suelo. Finalmente, la torre sufrió varias alteraciones al cambiar su uso, tapiándose los arcos y modificándose el tejado". Sobre su estado de conservación, señala que " está en estado de ruina. Actualmente, se conservan dos arcos apuntados y dos vanos.". El edificio histórico se incorporó a una edificación de uso agrícola. Hispania Nostra subraya el interés que comporta la presencia en las inmediaciones una cueva excavada en la roca en el siglo XIX por un vecino de Valderrobres.
El convento de Nuestra Señora de los Ángeles, fundado en 1524 por Luis Fernández, duque de Hijar, sigue en pie, pero Hispania Nostra matiza que "aunque la iglesia mantiene sus recios muros se encuentra en estado de ruina." La asociación describe el monasterio como "un edificio de una nave dividida en tres tramos, la cual finaliza en un crucero, que hace a su vez de capilla del altar mayor, con ábside poligonal. La nave se cubre con bóvedas de medio cañón con lunetas salvo el último tramo, a modo de crucero, sobre el que se alza un cimborrio sobre pechinas. La sencilla fachada, hecha en ladrillo y culminada en frontón triangular, presenta tres cuerpos ensamblados por pilastras y separados mediante entablamentos y zócalos, rematando el conjunto con una espadaña. Se pueden ver aparte de la iglesia del convento, las dependencias de los monjes, así como los edificios auxiliares."
Cuenta que su último periodo de utilización fue a principios del siglo XX, cuando "una comunidad de religiosos franciscanos de la orden capuchina, rehabilita el abandonado convento y restaura la iglesia, abriéndola al culto el día 15 de julio de 1903 y reavivando la vida conventual hasta la Guerra Civil, fecha en la que el convento quedó en ruinas como consecuencia de la contienda bélica."
