La Teruel Film Commission, servicio público de la Diputación de Teruel, continúa inmersa en varios proyectos de cotas internacionales, en los cuales ha generado durante el año un gasto exclusivamente directo de 1,5 millones de euros en el territorio, además de incitar indirectamente al ocio local a través de las pernoctaciones hoteleras, superando las 7.000 reservas.

La comisión comenzó a operar en abril de este año bajo una máxima: Ser un enlace de atracción y apoyo a la industria audiovisual de la provincia de Teruel. Inspirada en la precursora Film Lonely Lands -Jiloca y Daroca- La empresa nació para, entre otras funciones, gestionar y proveer geolocalizaciones turolenses que sirven de escenario para rodar anuncios, videoclips o películas y series internacionales, suponiendo un flujo económico sin precedentes para la provincia que ve en estos incipientes sectores una forma de poner en valor a Teruel y luchar frente a la despoblación.

Estíbaliz Centeno, una de las responsables de la compañía, aseguró que todo el entorno de Teruel aún permanece "desconocido y alejado de las grandes producciones", un factor que está cambiando con las 28 solicitudes recibidas desde abril de las cuales 12 han sido rodajes. Las peticiones no se dirigen solamente a Teruel capital, sino que han trabajado ya en prácticamente todas las comarcas provinciales, desde el Jiloca hasta Gúdar-Javalambre, pasando por las Cuencas Mineras o la Sierra de Albarracín.

Su ‘modus operandi’ se divide en cuatro etapas: un inicial ‘pre-scouting’ en la que reciben las referencias de las productoras, respondiendo con los enclaves turolenses que consideran más cercanos a las peticiones deseadas, un ‘scouting’ donde acompañan a las productoras a los lugares susceptibles de ser elegidos para el rodaje junto a las diversas informaciones administrativas y logísticas, los permisos de grabación y, finalmente, el apoyo y coordinación al proceso de producción y rodaje de la pieza audiovisual.

Netflix prepara tres ficciones en la zona

Una de las noticias del año fue la entrada de solicitudes procedentes de la multinacional estadounidense Netflix, que ya tiene en fase final de producción hasta tres ficciones rodadas en los parajes turolenses. La compañía proyecta dos largometrajes, en los que destaca ‘La Bestia’ (David Casademunt), desarrollada en Blancas y Villarquemado, y la serie ‘Bienvenidos al Edén’, protagonizada por Amaia Salamanca y ambientada en el Matarraña.

Desde la empresa aseguran que la participación del gigante de la suscripción de vídeo por demanda va a ser clave en el impacto promocional que tendrá la zona a partir de finales de año o inicios de 2022. A pesar de ser un neonato en el mundo audiovisual, Centeno afirmó que la provincia de Teruel está actualmente "en el top de atracción de rodajes de este año en España".   Sin embargo, Teruel ya tuvo un precedente que le permitió reconocer su idiosincrasia publicitaria en el séptimo arte. En agosto del verano pasado, acogió en el Aeropuerto el rodaje de la película de José Mota y Pepe Viyuela, ‘García y García’ (Ana Murugarren), dejando en la ciudad una cuantía aproximada al millón de euros en el cómputo total de estancia y gastos.

El sector del motor en boga

Por otra parte, la responsable de la comisión recalcó la alta demanda del mundo automovilístico para rodar ‘spots’. En sus propias palabras, "las carreteras cercanas al Aeropuerto son una opción asidua para los publicistas, si bien escenarios como el Observatorio de Javalambre o la carretera A-226 a la altura del puerto de Cabigordo han sido elecciones de coches de altísima gama como, por ejemplo, dos ‘Lamborghinis’ por valor de 3,3 millones de euros". La presencia casi inexistente de tráfico hace de estas carreteras un caramelo para los creativos de otras marcas como ‘Cupra’, que ya tiene proyectos futuros para rodar, o la belga ANT-Productions, quien viajará a la zona para filmar su serie ‘Motorcycle Diaries’, la cual recomendó rutas de moto de Utah (EE.U.U), Kenia y próximamente Teruel.

Centeno también recordó cuál fue el primer gran golpe publicitario de la provincia, cuando en 2008 Miravete de la Sierra saltó a la palestra nacional por los anuncios turísticos en los que la ‘voz en off’ de un vecino de la tercera edad invitaba a visitar el municipio de 12 habitantes con el lema "El pueblo donde nunca pasa nada". Los ‘spots’, dirigidos por la agencia Shackleton, contaron con un éxito casi instantáneo, con cobertura nacional tanto en telediarios como en programas de entretenimiento, provocando una respuesta masiva de solicitudes de alojamiento. Trece años después, la Teruel Film Commission busca aplicar todos los nuevos avances tecnológicos y fotográficos del momento, si bien se sigue buscando "estimular la economía de estas comarcas mostrando todo el rico patrimonio que tienen por ofrecer". Centeno subrayó a su vez la integración en los equipos multinacionales de personal turolense que adquiere técnicas de profesionalización en el sector.

Apoyo institucional

El Gobierno de Aragón, la Diputación de Teruel, concejalías… todas las instituciones se implicaron desde un primer momento ante las buenas expectativas que prometieron proyectos de esta alcurnia, promoviendo la creación y mejora de zonas habilitadas para los rodajes como el estudio de Platea, en las inmediaciones del Aeropuerto: Una nave de más de 2.000 metros cuadrados en la que el Fondo de Inversiones de Teruel ha invertido en su constante optimización más de 400.000 euros, aunque no basta tener los medios económicos para atraer a la élite del gremio. En palabras de Centeno, "es un negocio pequeño donde funciona el boca a boca, un rodaje bien trabajado siempre trae un par más". Asimismo, la empresa audiovisual penetró el nicho de los videoclips con ‘Iballa’ (Fuel Fandango ft. Mala Rodríguez) rodado en la localidad de 211 habitantes de Burbáguena (Jiloca) o el videoclip ‘Irrompibles’ en Villarquemado (Teruel) de la banda catalana Love of Lesbian.

Estíbaliz Centeno concluyó con "el momento álgido" que atraviesa la zona para atraer nuevos negocios que aporten beneficio al territorio, una labor todavía en alza a la que Teruel se encomienda para frenar el abandono rural.