Teruel

El Servicio de Otorrino del hospital de Teruel, reducido a cuatro horas de consulta por semana

De tres especialistas, se ha pasado a un solo profesional y no a tiempo completo. El hospital está sin otorrino de guardia la mayor parte del mes

Hospital Obispo Polanco /2021-06-11/ Foto: Jorge Escudero[[[FOTOGRAFOS]]]
Acceso principal al hospital Obispo Polanco de Teruel.
Jorge Escudero

Las dificultades para encontrar médicos especialistas dispuestos a trabajar en el Obispo Polanco de Teruel ha dejado el Servicio de Otorrinolaringología (ORL) de este hospital reducido a su mínima expresión: cuatro horas semanales de consulta.

De las tres plazas con que está dotada la plantilla de esta especialidad en Teruel, dos están vacantes desde mediados de junio y la médico que ocupa el puesto restante se encuentra de baja casi desde la misma fecha. Un otorrino que ha venido reforzando al equipo desde hace años realizando algunas guardias es, desde el pasado 8 de julio, el encargado de atender a los pacientes dos horas al día dos veces por semana.

No solo las consultas han quedado mermadas. Las guardias localizadas que antes realizaban por turnos los cuatro profesionales para poder cubrir todos los días del mes de las 15.00 a las 8.00, se han quedado limitadas ahora a solo siete días al mes, según explican fuentes sanitarias.

La falta de otorrinos de guardia ha hecho que aumenten los traslados a hospitales de Zaragoza de pacientes que llegan a la Unidad de Urgencias del Obispo Polanco y necesitan ser vistos por un especialista de oído y garganta. A finales del pasado mes de junio, en un solo día fue necesario derivar a tres enfermos, dos por la mañana y uno por la tarde. Todos ellos fueron enviados en ambulancia a la capital aragonesa, a 170 kilómetros de distancia, un trayecto que se cubre en no menos de dos horas.

Las mismas fuentes sanitarias advierten de que no siempre la derivación a Zaragoza puede ser la solución a la falta de especialistas de ORL en Teruel. Hay procesos patológicos, como puede ser una hemorragia de garganta, que requieren de una intervención rápida en el quirófano mucho antes de que transcurran las dos horas que cuesta el desplazamiento hasta un centro hospitalario de la capital aragonesa.

También han comenzado a ser enviados a Zaragoza los casos urgentes o inaplazables que, ante la escasez de horas de consulta que se ofrecen en el hospital turolense, no pueden ser atendidos con la agilidad que precisan.

Con todo, la apertura de la consulta de ORL cuatro horas a la semana desde el pasado 8 de julio supone una mejora en la prestación del servicio, pues desde el 16 de junio hasta el 8 de julio no hubo ningún otorrino en activo para atender a los pacientes y los quirófanos de esta especialidad estuvieron cerrados.

La situación ha provocado quejas entre los pacientes, que reclaman una solución. Se teme que las listas de espera aumenten debido al escaso número de horas de consulta de ORL que se prestan actualmente en el Obispo Polanco. A mediados del pasado mes de junio, cuando ya había carencias de personal en el servicio, 70 pacientes aguardaban una fecha para operarse de su dolencia y otros 800 esperaban ser citados para ir a la consulta.

M. S., una paciente del Servicio de ORL del Obispo Polanco que prefiere no revelar su nombre completo, ha puesto una reclamación por la falta de otorrinos. Explica que, tras ser operada de un bocio hace un año, su recuperación no está siendo lo rápida que debiera y aún ahora tiene problemas para deglutir los alimentos. "Necesito con urgencia que me vea un otorrino, pero no me mandan a este especialista porque no hay en Teruel; es muy injusto que no tengamos médicos", denuncia la mujer, que tiene que comer a base de triturados.

Otra paciente, cuyas iniciales son M. A. S. H. y que padece faringitis crónica, relata que, sabedora de la carencia de otorrinos en Teruel, teme ir a la consulta porque da por seguro que la enviarán a Zaragoza "y eso es una extorsión y un gasto de dinero". "Están dejando morir el hospital; no nos merecemos esto», lamenta. Tampoco oculta su indignación Ángel Guía, un turolense que, al tener que ser operado pronto en Zaragoza de un problema nasal, tiene que desplazarse hasta allí para someterse a pruebas. "Ya llevo dos viajes y aún me faltan otros dos; esto es una molestia", dice.

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