transición justa

Los empresarios de Andorra exigen celeridad en la reindustrialización

Solo el derribo de la central de Endesa ha creado empleo un año después del cierre y ya ocupa a 106 trabajadores.

El presidente de la Asociación Empresarial de Andorra, Roberto Miguel, en el polígono industrial de la localidad.
El presidente de la Asociación Empresarial de Andorra, Roberto Miguel, en el polígono industrial de la localidad.
Laura Castel

"Claro que nos tenemos que buscar nosotros mismos las soluciones, porque de fuera no vendrán, pero en las mismas condiciones que otros territorios. No tenemos una autovía ni el prometido puerto seco y en el polígono industrial la velocidad de internet es del siglo pasado. DS Smith, la antigua Andopack, se tuvo que pagar la acometida de la fibra óptica hasta sus instalaciones. No paramos de escuchar que se van a poner todas las condiciones para la llegada de empresas, pero ni tan siquiera tenemos algo tan básico como un internet de calidad para trabajar", afirma Roberto Miguel, presidente de la Asociación Empresarial de Andorra Sierra de Arcos y Bajo Martín. Pone de ejemplo la velocidad de red en el polígono para pedir que se deje de hablar de «planes» que no se ejecutan y de pronunciar palabras vacías y se pase de una vez a la acción para paliar la situación en la que está sumida la Villa Minera tras el cierre de la central térmica de Andorra hace un año.

El empresario, al igual que sus compañeros, reclama "seriedad y que se trabaje por el territorio sin intereses partidistas, cortoplacistas y electoralistas" porque la cuenca minera turolense mira al futuro con más incertidumbre que nunca después de que la térmica cerrara definitivamente el 1 de julio de 2020. Pese a los compromisos, promesas y deseos de reindustrialización de la cuenca minera de todas las administraciones, sólo la actividad que genera el desmantelamiento de la planta desde febrero está hoy supliendo el empleo perdido en la zona. Son 106 los empleados que en estos momentos trabajan tanto en el parque de carbones como en el desamiantado de las torres de refrigeración de la planta. Cuando se cerró la central, había 200 personas trabajando entre Endesa y las auxiliares. Muchas de ellas se han marchado fuera a trabajar.

"En toda esta ecuación hay que meter el factor covid, pero hay muchas promesas que no se han llevado a cabo. Hay que ser serios y no lo han sido", opina Miguel, quien recuerda que en mayo de 2019 el presidente Javier Lambán anunció en un acto electoral en Andorra que iban a llegar a la cuenca minera –ninguna a Andorra– cinco empresas que crearían 230 empleos. De ellas solo son una realidad la planta de fertilizantes de Samca en Ariño y la de cerámica de Gres de Aragón de Alcorisa. Tampoco se ha ejecutado el plan que anunció en marzo de 2020 en Andorra la consejera de Universidades, Maru Díaz, para implantar en 2021 la banda ancha de nueva generación en los polígonos sin esta prestación, entre ellos, los tres de Andorra. En el de La Estación tan solo se cuenta con el proyecto. "Si no podemos construir un nuevo Andorra industrial y con trabajo al menos que sea una ciudad de servicios apetecible para vivir para quienes ocupen los empleos que se están generando en Albalate o Gargallo", apunta.

Tampoco llega el convenio de Transición Justa, que ya suma más de un año de retraso y que no cuenta ni con financiación. Lo único que se conoce es que incluye más de 140 iniciativas de agentes sociales del territorio que se podrán poner en marcha para, al menos, recuperar el medio millar de empleos que generaba el sector del carbón en Andorra Sierra de Arcos hace escasamente dos años. Siete de ellos pertenecen a la asociación de empresarios, que denuncia que ha pasado más de un año desde que se reunieron con la secretaria de Estado Laura Martín y no han vuelto a saber nada.

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