TEruel

La granja que sacrificó sus 92.700 visones por covid será una quesería

El dueño pide a la DGA la indemnización anunciada por la eliminación de los animales para poder iniciar el nuevo proyecto

Teruel
Vista de las naves de la granja de visones de la localidad turolense de La Puebla de Valverde.
Javier Escriche

La granja de visones de La Puebla de Valverde que tuvo que sacrificar a todos sus 92.700 animales en julio de 2020 por un contagio masivo de la covid-19 se reconvertirá en una quesería, de acuerdo al proyecto de su propietario, Joaquín Marco, que descarta la opción de reanudar la producción peletera. El industrial advierte de que, para poner en marcha su nueva actividad, precisa, previamente, del ingreso de la indemnización por la eliminación de los visones, anunciada por el Gobierno aragonés pero que no se ha materializado un año después del sacrificio.

La explotación peletera registró un contagio masivo de covid-19 en sus animales, aunque previamente se habían detectado casos entre los trabajadores de la empresa. La investigación del brote no logró concretar si la transmisión se produjo del hombre a los visones o a la inversa.

Como consecuencia del contagio, la empresa tuvo que sacrificar y eliminar todos sus visones y quedó totalmente inactiva cuando tenía una plantilla de 14 trabajadores, que se quedaron sin empleo. Marco ha reclamado repetidas veces el cobro de la indemnización por el exterminio forzado de sus animales. Aunque, inicialmente, barajó la posibilidad de reanudar la producción, finalmente decidió poner en marcha una nueva actividad en las mismas naves.

El proyecto de adecuación de las instalaciones, ya redactado, está “parado” a la espera de la inyección financiera derivada de la indemnización de la DGA. Marco explica que ajustar los pabellones de la granja a las necesidades de la quesería sería “fácil”, pero señala que no dispone de financiación para afrontar esta tarea. Añade que tampoco puede cambiar la actividad de la empresa hasta que se cierre el trámite de la indemnización, por lo que el bloqueo es “económico y administrativo”.

La quesería procesaría la leche obtenida de sus propias cabras, además de comprar materia prima a otros proveedores. Según adelanta el empresario, la actividad arrancaría con cuatro o cinco trabajadores pero, en función de la demanda, podría recuperar los 14 que tenía cuando suspendió la cría de visones, ya que las expectativas comerciales son buenas.

Marco critica la tardanza de la DGA en abonar la compensación por la eliminación de los 92.700 visones y señala que existe una propuesta técnica encima de la mesa sobre el precio a abonar desde el pasado enero. Lamenta, no obstante, que "desde hace meses" no ha habido ningún contacto con la Consejería.

El pasado mes de mayo Joaquín Marco criticó la tardanza del pago en Aragón frente a la celeridad que ha habido en países que también han sacrificado sus cabañas de visón. A su juicio, la demora aragonesa es “injustificable”. Desde el Departamento de Agricultura admitieron que no había “ninguna novedad”.

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