Un refugio sostenible para los perros más miedosos de Teruel

La capital turolense cuenta desde hace unas semanas con un refugio canino sostenible medioambientalmente destinado a los perros abandonados que resultan más vulnerables. Se trata de animales que, por su carácter, por no haber recibido afecto cuando eran cachorros o por sufrir alguna enfermedad, son menos sociables que el resto y difícilmente salen en adopción del albergue municipal al que van a parar todos los canes abandonados en Teruel. 

Estos perros 'especiales' ya tenían un refugio, pero las precarias condiciones del mismo no impedían que se mojaran cada vez que llovía o nevaba, algo muy frecuente en Teruel. El agua se colaba por la cubierta de las casetas y empapaba el suelo, lo que obligaba a la asociación protectora Amigo Mío a poner en marcha  una campaña extra de adopción temporal cada vez que una borrasca se dejaba caer por la ciudad. 

El nuevo albergue, que ha costado al Ayuntamiento 218.000 euros, está orientado al sur, para que el sol caliente en invierno las casetas de los perros, y tiene, además, paneles solares para producir energía eléctrica. Su disposición favorece la ventilación y su tendido vegetal sobre la cubierta refrigera los habitáculos en verano.

"Es un proyecto muy bonito que convierte a Teruel en una ciudad amable con los animales y que responde, simplemente, a una forma de entender la vida", ha dicho este lunes la alcaldesa de Teruel, Emma Buj, que ha visitado el nuevo albergue. 

"Buscamos una sociedad mejor, que sea sensible con los animales y rechace su maltrato", ha apostillado el concejal de Medio Ambiente, José Luis Torán, quien ha destacado que, no obstante, el mejor hogar para un perro es una familia que lo adopte. 

La presidenta de la protectora Amigo Mío, Iovanka de Leonardo, ha explicado que el refugio se abrirá a la visita de grupos de escolares y a familias que podrán participar en talleres sobre medio ambiente y protección animal además de interactuar con los perros. 

De Leonardo ha destacado que el refugio funcionará con financiación procedente de las cuotas que aportan los 140 socios de la protectora. Mantener a los perros acogidos allí cuesta anualmente entre 25.000 y 35.000 euros, dependiendo del número de animales. Una docena de voluntarios se ocupan diariamente de alimentar a los perros y limpiar sus casetas. 

Allí vive ya París, un podenco recogido con sus hermanas en un pueblo de Teruel que, tras meses en el albergue municipal y a diferencia de estas, no encontró familia de adopción. El miedo le impide salir a saludar. Otro podenco, Tagus, se ha convertido también en huésped de las nuevas instalaciones; se perdió en una cacería por el nacimiento del río Tajo mientras formaba parte, siendo un cachorro, de una reala. Probablemente se asustó con los disparos. Naomi, una perrita joven, también es inadoptable. Iovanka explica que se acercó a su coche hace dos años en un paraje de Villarquemado, con heridas por el cuerpo. "Tiene miedo a los humanos y al mundo", relata.