Teruel

Un agricultor se queda la estación de la pedanía turolense de Villalba Baja por 66.000 euros para "revitalizar el pueblo"

Presentó la oferta más alta en la subasta organizada por el Adif, por encima de la que plantearon el Ayuntamiento de Teruel y dos empresarios

Teruel
Joaquín Biel, su esposa, Cinta Yago, y las hijas de ambos, Irene y Alba, junto a la estación de la que ahora son propietarios.
Javier Escriche

A más de uno podría parecerle una locura, pero Joaquín Biel y toda su familia están encantados de haberse convertido en los nuevos propietarios de lo que queda en pie de la estación de tren de Villalba Baja, unas instalaciones que formaron parte del fallido proyecto ferroviario de principios del siglo XX para unir Teruel y Alcañiz. Agricultor y ganadero y residente en esta pedanía de 200 vecinos a diez kilómetros de la capital turolense, Biel pujó en la subasta organizada por el Adif para vender los edificios y el terreno circundante –14.000 metros cuadrados–. La suya, 66.000 euros, fue la oferta más alta, por encima de la que presentaron el propio Ayuntamiento de Teruel y dos empresarios tras salir estos bienes a licitación por 43.000 euros.

Todavía no tiene muy claro qué hacer con la estación, en la que se conservan los restos de lo que iba a ser el edificio de viajeros, las cocheras de los trenes y los aseos, pero lo que sí sabe seguro es que el proyecto que ponga en marcha "ha de ser para revitalizar el pueblo, porque esta zona está muy apagada y necesita servicios e iniciativas a la altura de lo que la gente se merece".

Explica que no descarta hablar con el Ayuntamiento de Teruel para alcanzar acuerdos que permitan, quizá, crear un espacio cultural con especial dedicación a la enseñanza de la jota, su pasión. Otra idea le ronda también por la cabeza, y es convertir los edificios en albergue para dar servicio a los senderistas y ciclistas que recorren la vía verde –emplazada en el lugar por el que debían ir los raíles– que discurre pegada a la estación.

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Biel, con una de sus hijas, en el interior de lo que hubiera sido el edificio de viajeros de la estación. Al fondo, el pueblo.
Javier Escriche

Joaquín Biel admite que por sí solo no puede afrontar la importante inversión que requerirá cualquier rehabilitación de las instalaciones, al haber gastado ya en la compra de la estación "los ahorros de muhos años". "Por eso –puntualiza–, para explorar todas estas posibilidades necesitaré compañeros de viaje". Añade que, por otro lado, él no se plantea dejar, al menos por ahora, su trabajo en el campo, heredado de sus abuelos.

Afirma, no obstante, que varios hosteleros ya han contactado con él mostrándole su interés por participar en la puesta en marcha de algún proyecto de restauración y alojamiento. "No nos damos cuenta, pero este lugar es bonito, por el encanto de los edificios y por la belleza de los montes que los rodean", destaca.

"De niño, jugué en este lugar"

Biel explica que decidió participar en la subasta porque siempre sintió como suya la estación. "Cuando era pequeño, jugué entre estos edificios con mis amigos muchas veces y ahora, al ver que se vendía, me ilusionó la idea de poder comprarlo; he tenido mucha suerte y estoy muy contento", afirma.

Confiesa que cuando contó a sus hijas, Alba e Inés, de 15 y 12 años de edad, que había adquirido la finca, estas le miraron "raro" y le preguntaron "para qué quería algo tan viejo". Pero ahora ellas también se han entusiasmado con la idea de poner en marcha alguna iniciativa. Inés es partidaria de construir una piscina pública, pues Villalba Baja no dispone de unas instalaciones de baño con las que combatir el calor del verano y hacer deporte en invierno. La esposa de Joaquín Biel, Cinta Yago, comparte este interés, "siempre que lo que hagamos redunde en beneficio del pueblo".

Biel opina que la estación de Villalba Baja es "la más bonita" de las que quedan a lo largo de la malograda línea Teruel-Alcañiz. "Fue hecha con piedra blanca travertina extraída del pueblo, que es muy resistente y de un color muy agradable", explica.

Lamenta que el pueblo haya perdido habitantes en los últimos años, algo que no acierta a comprender "porque en Villalba Baja se vive superbien, a solo 5 minutos de Teruel y con todo lo necesario". "No entiendo cómo estos pueblos no van para arriba", añade.

"Al menos, veremos la estación en pie"

La alcaldesa pedánea de Villalba Baja, Belén Sandalinas, expresaba este miércoles su “alegría” por el hecho de que la estación de tren haya ido a parar a manos de un vecino de este núcleo de población, siendo este, además, “joven y con ideas”. Sin ocultar que hubiera preferido que la finca fuese adquirida por el Ayuntamiento de Teruel con el objetivo de construir allí un polideportivo del que carece el pueblo, expresó, no obstante, su confianza en que las iniciativas del nuevo propietario, “con toda seguridad, darán vida a la localidad”.

Sandalinas destacó que el resultado de la subasta del Adif demuestra que “hay interés” por la estación, todo un símbolo para Villalba Baja, “lo que permitirá, al menos, que los edificios no se caigan y sigamos viéndolos en pie”.

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