despoblación

Camarena salva la escuela y la panadería con la llegada de una familia zaragozana con tres niñas

El padre y la madre son panaderos en paro y se trasladarán en junio a la localidad turolense con sus hijas, que ayudarán a mantener el colegio abierto.

La familia zaragozana que se traslada a Camarena de la Sierra para regentar la panadería municipal.
La familia zaragozana que se traslada a Camarena de la Sierra para regentar la panadería municipal.
Heraldo.es

Camarena de la Sierra ha salvado su escuela para el próximo curso, además de garantizarse la continuidad de la panadería local, de titularidad municipal. El Ayuntamiento puso en marcha un concurso para adjudicar el horno de pan y la vivienda aneja ante la inminente marcha del actual gestor y, a la vez, lanzó una llamada para que los aspirantes trajesen niños en edad escolar que aseguraran la permanencia del colegio, que, de acuerdo a las previsiones de población, se quedaba a partir de septiembre con solo dos niños. Finalmente, tras un proceso de selección por el que se interesaron medio centenar de profesionales, el Consistorio ha elegido a una familia de Zaragoza con tres niñas, dos de ellas escolares, que permitirá "matar dos pájaros de un tiro", en palabras del alcalde, Francisco Narro. El relevo entre panaderos se producirá el próximo mes de junio. Los seleccionados pagarán un alquiler simbólico de 132 euros al mes por el horno y la vivienda contigua.

La familia elegida está formada por un matrimonio en el que los dos miembros comparten la profesión de panadero y tres niñas, de 12, 8 y 9 años. Aunque la mayor se desplazará a estudiar Secundaria en un instituto de Teruel, las dos pequeñas aseguran un mínimo de cuatro escolares para Camarena. Actualmente, hay cuatro niños en edad escolar, pero uno partirá con su padre, el actual panadero, y otro se traslada a la capital turolense.

Laura Amores, elegida con su marido, José Manuel Ortega, para llevar la panadería, ha explicado que, desde el pasado mes de enero, cuando se quedaron sin trabajo como consecuencia de la pandemia, habían contemplado la posibilidad de marcharse a vivir "a un pueblo". Habían barajado optar a la explotación de algún establecimiento multiservicio de la provincia, pero antes de lanzarse les surgió la posibilidad de ejercer su profesión en Camarena y presentaron su candidatura. "Nos han elegido –continúa la zaragozana– para llevar la panadería y es mejor para nosotros porque nos permitirá seguir con nuestro oficio".

El alcalde se ha mostrado satisfecho por mantener dos servicios básicos para el pueblo gracias a los nuevos vecinos. "La idea ha salido bien y tenemos asegurado el colegio, que, con dos niños el próximo curso, no hubiera continuado abierto", resalta Francisco Narro.

Aunque el número de personas interesadas por la oferta fue muy alto –el Ayuntamiento recibió 50 comunicaciones entre llamadas telefónicas y correos electrónicos–, finalmente la puntuación extra asignada de acuerdo a las bases del concurso a las familias con niños en edad escolar hizo desistir a la mayoría. La última fase de la selección, la entrevista personal, solo contó con cuatro aspirantes.

El alcalde confía, una vez amarrada la continuidad de la panadería y el colegio, en las posibilidades de impulsar la economía y el empleo locales con una embotelladora proyectada. La planta, con ocho millones de euros de inversión, generará 30 empleos. "Será la salvación del pueblo", concluye Narro.

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