Un guiño al regreso del estruendo de los tambores en Teruel

La imagen de un cofrade baqueteando un tambor en la calle, captada por el fotógrafo turolense Pedro Blesa, preside desde este jueves el parque de la Glorieta de Teruel como homenaje a la Semana Santa.

La fotografía recoge, según ha afirmado el concejal de Turismo, Javier Domingo, "una seña de identidad de los turolenses". Además, parece invitar al regreso del sonido más característico de la Semana Santa, que, debido a la pandemia de coronavirus, este año no se escuchará en toda su intensidad, al haber sido suspendidos los actos de romper la hora, los más multitudinarios.

La obra ha sido instalada en uno de los 'cubos' de acceso al parquin subterráneo y sustituye a la fotografía anterior, dos enamorados a punto de besarse, con la que el Ayuntamiento quiso recordar en febrero que Teruel es la ciudad de los Amantes aunque el covid impida celebrar la recreación de las Bodas de Isabel de Segura y otros actos.

El Consistorio quiere que La Glorieta sea "un espacio artístico vivo para promocionar la ciudad" y en el que, de paso, los fotógrafos turolenses puedan darse a conocer. 

Pese a las limitaciones impuestas por la pandemia, esta Semana Santa no será en Teruel tan triste y silenciosa como la del año pasado, cuando el confinamiento obligó a la población a permanecer en sus casas. En la Glorieta de Teruel, aterrizaban este jueves los primeros feriantes, que retoman por primera vez su actividad desde las fiestas del Pilar del 2019. 

"Lo estamos pasando fatal y al menos poder abrir nuestras atracciones unos días es un respiro", explicaba un feriante en pleno montaje de unas colchonetas elásticas. El hombre señaló que el aforo se  ha reducido a la mitad y que la instalación será desinfectada cada vez que un grupo de niños termine de disfrutar de la atracción.