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La Fiscalía denuncia que los dos perros ahogados en el pantano de Teruel tuvieron una muerte cruel

La propietaria de los canes, acusada de maltrato animal, alega que dio los cachorros a un hombre desconociendo sus intenciones

Juzgados de Teruel/23-03-21/foto:Javier Escriche[[[FOTOGRAFOS]]]
La acusada, Gladis M. Q., en el juicio celebrado este martes por la muerte de los dos perros.
Javier Escriche

Atados por sus cuatro patas y arrojados al pantano del Arquillo de Teruel con una piedra sujeta al cuello por una cuerda. Así perecieron a mediados del año pasado los perros Kira y Kiko, de poco más de un año de edad, una muerte que el fiscal Jorge Moradell ha calificado este martes de "cruel" en el juicio celebrado por esta causa. 

En el banquillo de los acusados se ha sentado la dueña de estos dos animales, Gladis M. Q., quien ha argumentado que ella dio los perros a un hombre sin conocer las intenciones de este y que supo, poco después, por la Policía, que los cuerpos de los dos canes habían sido hallados en el embalse. Al final de la vista oral, la mujer ha estallado en sollozos y ha afirmado que nunca hubiera entregado a nadie las mascotas de haber sabido que esa persona iba a matarlas.

Tanto el fiscal como la asociación protectora de animales de Cádiz 'Uno más' -personada como acusación particular- de la que los perros salieron en adopción, consideran que Gladis M. Q. es responsable de un delito de maltrato animal. Mientras el Ministerio Público pide que sea condenada a dos años de prisión y al pago de una indemnización de 6.000 euros para la sociedad animalista, esta solicita una pena de 3 años de cárcel.

A juicio de la Fiscalía, existen suficientes indicios para pensar que Gladis, o alguien de su círculo cercano a instancias de ella, provocaron la muerte de los canes arrojándolos al pantano, ya que esta parte entiende que de otro modo los perros no se hubieran dejado atar a una piedra.

La portavoz de 'Uno más', María del Mar Bertal, que ha declarado desde Cádiz por videoconferencia, ha calificado los hechos de "matanza" y " asesinato" y ha acusado a Gladis de incumplir las condiciones de la adopción, que establecen que los perros deben ser devueltos a la asociación si el adoptante no puede hacerse cargo de ellos, así como notificar cualquier cambio de domicilio, la imposibilidad de cuidarlos o la muerte de los mismos, algo que no hizo la procesada. La asociación relató haber tenido acceso a un vídeo en diciembre de 2019 que mostraba que las dos mascotas no estaban bien atendidas en la casa de la investigada.

La abogada de la entidad protectora de animales, María Jesús Rojo, ha afirmado que Gladis sabía en todo momento que los perros habían muerto, pues, según ha dicho, esta no mostró sorpresa cuando la Policía la llamó para declarar tras encontrar los cadáveres y analizar el chip en el que figuraba el nombre de la propietaria de los perros. Uno de los agentes que ha prestado declaración ha afirmado que la acusada, tras ser citada en comisaría para conocer su versión, "sabía perfectamente a lo que venía".

Sin embargo, la letrada de la defensa, Ascensión Borque, ha pedido para su representada la absolución al entender que las pruebas practicadas no acreditan que fue su cliente quien mató a Kira y Kiko. "Ha habido una insuficiencia probatoria patente", ha dicho en el juicio, puntualizando que no llegó a hacerse una necropsia de los perros, lo que hubiera aportado datos clarificadores. Ha subrayado que Gladis no pudo atar los perros a una piedra y tirarlos al embalse porque en las fechas en que se sitúan los hechos estaba embarazada y había perdido movilidad. "El error de mi cliente fue confiar en la persona que se los llevó", ha manifestado Borque.

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