Teruel

Una red vecinal ayuda ya a cerca de 40 personas en soledad en Teruel

Comercios y farmacias se han implicado para detectar casos problemáticos y más de 100 voluntarios realizan tareas de acompañamiento

Teruel
Samantha Gómez y Patricia Blasco, de la Federación de Asociaciones Vecinales de Teruel, pegan carteles para difundir el programa de acompañamiento.
Javier Escriche

Tomar un café, mantener una conversación o acompañar a la consulta del médico a aquellos que lo necesitan; estas son algunas de las tareas que llevan a cabo los voluntarios de la campaña para reducir la soledad y sus efectos negativos puesta en marcha por la Federación de Asociaciones Vecinales de Teruel con el respaldo del Ayuntamiento de la ciudad.

El programa Acompañando-Teruel arrancó a mediados del pasado mes de julio y ya son 39 las personas atendidas desde entonces. Para la coordinadora y psicóloga de esta iniciativa, Samantha Gómez, la labor de estos voluntarios se ha hecho más necesaria si cabe a causa de la pandemia de coronavirus, que ha dejado a muchos mayores sin su pareja o amigos.

Acompañando-Teruel se apoya en una extensa red humana integrada por vecinos, comerciantes y farmacéuticos de cada barrio implicados en la detección de personas solas o necesitadas. Cuando sospechan que alguien está pasando por un mal momento, avisan a los responsables del programa de voluntariado y estos contactan con ella. Se han sumado a la iniciativa todos los comercios asociados, panaderías, colegios de profesionales y protectoras de animales.

"Que una persona mayor lleve varios días sin ir a comprar el pan a su establecimiento habitual, es un signo que debe hacernos pensar que quizá tiene algún problema", explica Samantha Gómez. Pero no son solo los ancianos los que pueden necesitar el apoyo de los voluntarios. Hay jóvenes y familias recién llegadas a Teruel en situación económica precaria que encuentran en Acompañando-Teruel el apoyo humano necesario para realizar un trámite oficial, conectar con los Servicios Sociales o simplemente desahogarse emocionalmente. "La crisis que estamos viviendo ha dejado a mucha gente sin trabajo y muchos precisan recibir apoyo psicológico", puntualiza Gómez.

Otra labor que desempeñan los voluntarios es llevar la compra semanal a aquellos que están confinados en casa por la covid y sin alternativa para recibir alimentos. También distribuyen comidas a domicilios de mayores preparadas en el Centro de Día Santa Emerenciana, dependiente del Ayuntamiento de Teruel.

El programa ha tenido una gran repercusión entre la población turolense y más de 100 vecinos de diversas edades se han inscrito como voluntarios. Actualmente hay 16 en activo y 90 en reserva, a la espera de que su participación sea necesaria. La mayoría son gente joven, de entre 20 y 40 años de edad y confiesan que actúan conmovidos por las noticias sobre la crítica situación que vive la sociedad a causa de la covid.

El coste de Acompañando-Teruel es asumido al 80% por el Ayuntamiento mientras que el 20% restante lo aporta la Federación de Asociaciones Vecinales. Esta entidad no ha parado de recibir donativos de particulares que desinteresadamente quieren colaborar con el proyecto. Además, la Obra Social La Caixa ha concedido 6.000 euros a la iniciativa.

"La vida no es tan fácil; hay que cooperar"

A sus 29 años, Victoria Chapa tiene claro que lo suyo es ayudar. Forma parte del centenar de voluntarios de la capital turolense que acompañan a las personas que se sienten solas y asegura que no le importa perderse una fiesta o un día de vacaciones si es para estar con alguien que la necesita. "La vida no es tan fácil; hay gente que está muy abandonada y hay que cooperar", subraya. Confiesa que su trabajo altruista le ha abierto los ojos, pues no sospechaba que en Teruel "tanta gente necesitase el apoyo de un voluntario".

Su participación en Acompañando-Teruel la llena. Relata que aún va a tomar café y a jugar al parchís con un matrimonio de nonagenarios que conoció a finales del pasado mes de octubre, cuando el marido quedó solo en casa al ingresar su esposa en el hospital por coronavirus. "Al principio, mi tarea consistía en dar conversación al señor desde el descansillo de la escalera, guardando distancias por la covid; ahora que la mujer ha regresado y los dos han dado negativo, me reúno con ellos como lo haría una amiga, y estoy contenta", explica. 

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