Teruel

La escalofriante historia de los cachorros Kira y Kiko, ahogados en el embalse de Teruel

El Juzgado de lo Penal verá pronto el juicio por la muerte de los dos perros, que un año antes habían sido rescatados de un río en Cádiz

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Kira y Kiko, tras su rescate del río de Cádiz al que fueron arrojados tras nacer.
Heraldo

No es lo más habitual que las denuncias por maltrato animal acaben en juicio, pues la falta de pruebas e indicios suele dejar atascado el asunto en la fase de instrucción. Pero la cruel muerte de Kira y Kiko, los dos perros bretones hallados ahogados en el pantano del Arquillo de Teruel el pasado mes de mayo con sendas piedras atadas al cuello, será vista por el Juzgado de lo Penal en una audiencia pública en los primeros meses del año que acaba de empezar.

Así lo explica la abogada María Jesús Rojo, que representa a la acusación particular que ejerce en este procedimiento la protectora de animales de San Fernando (Cádiz) ‘Uno más’. A esta asociación pertenecían los dos cachorros hasta su adopción a mediados de 2019 por una vecina de la pedanía turolense de Villaspesa que ahora se sentará en el banquillo de los acusados como presunta autora del delito.

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Kiko, en la protectora 'Uno mas', antes de ser dado en adopción.
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"Lo trascendente de este juicio es que debe contribuir a un cambio de mentalidad en la sociedad. La gente debe saber que maltratar a un animal es un delito castigado por la ley", señala Rojo. Esta parte pide que la acusada sea condenada a 3 años de cárcel, mientras que el Ministerio Fiscal solicita para ella una pena de dos años de prisión y que indemnice a la protectora con 6.000 euros por los daños morales.

Los dos perros parecían predestinados a un trágico final desde su nacimiento. Con apenas unos días de vida, fueron arrojados en una caja a un río de Chiclana (Cádiz ) por un hombre y rescatados por una pareja de jóvenes que vieron lo sucedido. Entregados a ‘Uno más’, las voluntarias de la protectora los criaron con todo el mimo hasta que en mayo de 2019 salieron en adopción hacia Teruel, "los dos juntos, pues eran hermanos y estaban muy apegados", recuerda la vicepresidenta de esta asociación defensora de los animales, Maribel Bartel.

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Kira, antes de venir a Teruel.
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Tanto el fiscal como ‘Uno mas’ sostienen que la acusada tuvo a los perros en malas condiciones de vida en su vivienda de Villaspesa. "Estaban siempre encerrados en una pequeña terraza, famélicos, rodeados de heces y con frío", afirma Bartel. Ambas partes estiman que fue ella misma u otra persona a instancia suya, quien acabaría con la vida de Kira y Kiko atándolos de cuello y patas a una piedra para que se ahogaran en el pantano. "Es escalofriante", subrayan desde ‘Uno mas’.

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